El Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España prevé que la recuperación económica tras el impacto del coronaviurs será en forma de `U´ «no muy acusada» y se alcanzarán niveles pre-Covid en un 80-90% a finales de 2021.
Tras sopesar los diferentes escenarios y analizar los primeros movimientos del sector, “somos razonablemente optimistas, y nos posibilitan albergar esperanzas de que el marco en el que finalmente nos movamos nos sitúen ante un modelo en `U´ bastante suave”, señala Lola Alcover, secretaria de Coapi.
Asimismo, desde Consejo General de Coapi, vaticinan un descenso en el precio de la vivienda en una horquilla de entre el 10% al 15% como media, con posibilidad de que en algunas zonas más desfavorecidas el desplome alcance tramos del 20%, mientras que en otras más prósperas los recortes que puedan sufrir queden por debajo de ese 10%.
En cuanto a las operaciones cerradas, se estima que “las señales que está dando el mercado son positivas y la situación actual es bastante mejor de lo que las graves circunstancias que hemos atravesado podían hacer prever; existiendo fluidez tanto en la oferta como en la demanda”, según la secretaria de la institución.
En este sentido, se prevé que se va a producir una subida gradual y constante de la actividad inmobiliaria, que había quedado prácticamente paralizada, y que sería viable alcanzar un escenario suficientemente aceptable a finales de 2020, con una paulatina recuperación del sector en la que a lo largo de 2021 podremos alcanzar, por lo menos en un 80 o 90%.
Cambio de tendencias
No obstante, el Covid-19 no solo ha tenido impacto en las operaciones realizadas o en el índice de los precios del mercado. Una de las consecuencias más destacadas que se está detectando de manera incuestionable, y que todos los sondeos ratifican, es la de que “se ha producido un importante incremento en el interés de los clientes hacia viviendas que ofrezcan espacios habitables al aire libre y superficies de recreo ajardinadas”, explica la secretaria del Consejo.
Los clientes ahora buscan viviendas unifamiliares con jardín individual, así como inmuebles integrados en propiedad horizontal que posean áreas verdes para esparcimiento común. “En todo caso, y como denominador común de requisito mínimo imprescindible, se demanda, cuando menos, que la vivienda buscada disponga de terrazas o balcones. El acristalamiento de estas partes del inmueble, en otro tiempo tan de moda, se ha convertido ahora en un punto en contra a la hora de valorar la finca”, afirma Alcover.