Uno de los cambios que ha causado la pandemia en España ha sido la implementación inmediata del teletrabajo, que ha originado una oleada de oficinas vacías. Diez semanas después, las compañías comienzan a plantearse la vuelta de los trabajadores a sus puestos de trabajo, pero aún existe una gran incógnita sobre cómo y cuándo podrán hacerlo.
En este sentido, la Asociación Española de Oficinas (AEO) -asociación empresarial que engloba a compañías como Telefónica, BBVA, Acciona, Repsol, Mapfre, Cepsa, Indra, Merlin Properties, Deloitte, PwC, Pontegadea- ha creado una guía para predecir cómo serán las oficinas post-Covid, y adelanta que como mucho podrá volver a las oficinas la mitad de las plantillas en los primeros meses de la nueva normalidad.
“Podrá trabajar presencialmente entre el 30% y el 50% de la plantilla. El resto tendrá que seguir teletrabajando”, aclara Tomás Higuero, uno de los autores de la guía. Asimismo, explica que es recomendable que «la parte que vaya a la oficina esté dividida por turnos establecidos por la empresa».
La patronal considera que el plan de vuelta a las oficinas debe basarse en tres elementos: criterios médicos y sanitarios; aforo de la oficina para encontrar la forma de mantener distancia social; y las necesidades funcionales y operativas de la empresa, determinando las personas que deben desempeñar sus actividades de forma presencial y quienes deben seguir teletrabajando.
En cuanto al regreso, «es en septiembre cuando esperamos que las oficinas se ocupen de manera más intensa«, pero sin superar el 50% del aforo, matiza Higuero. «Hay que desterrar la idea de que la vuelta a las instalaciones sea del tirón. Será progresiva”.
El presidente de la entidad, José María Álvarez, ha afirmado que “las oficinas van a ser un elemento clave para la reactivación económica en España” una vez superada la crisis sanitaria. «Ahora el sector de las oficinas es mucho más profesional que hace 10 o 15 años”, destaca el directivo.
Medidas que se implementarán
El coronavirus ha provocado un cambio de paradigma tanto a nivel social como laboral. A partir de ahora, las empresas y administraciones tendrán que adoptar una serie de medidas para garantizar la salud y seguridad de los trabajadores y también para evitar un futuro rebrote de la pandemia.
Al respecto, la patronal del sector de oficinas aconseja a las empresas que realicen pruebas del coronavirus a todos sus empleados para evitar un posible rebrote de la enfermedad cuando la actividad vuelva a la normalidad. De igual forma, explica que habrá que «aislar a las personas infectadas o susceptibles de tener problemas graves».
La asociación incide en que habrá que preparar previamente el inmueble, tanto en zonas comunes como en el espacio interior para garantizar la distancia mínima de dos metros de distancia.
De igual forma, la AEO pide a las empresas que establezcan protocolos muy exhaustivos de limpieza y desinfección en todos los espacios, especialmente en las zonas comunes. «Es importante considerar que este proceso deberá ser continuo durante los meses de reinicio de la actividad», destacan. Además, habrá ventilar y purificar los espacios para eliminar los agentes infecciosos del ambiente.
Asimismo, es recomendable instalar mamparas divisorias, esto puede contribuir a acotar espacios de trabajo sin afección a instalaciones, iluminación y climatización, tanto en espacios abiertos como en aquellos dedicados anteriormente a usos colaborativos o sociales.
Además, aconseja a las compañías que sean flexibles con los horarios para facilitar tanto el acceso a las oficinas, como la salida y evitar así la aglomeración de personas.»La gestión de los recursos humanos y su vuelta a las oficinas tras el Covid-19 creemos que es el mayor y el más complicado reto que afrontan las empresas», explica la AEO en el informe.
Vuelta a la oficina por grupo de edades
La reincorporación del personal «debe ser escalonada«. Por ello, la asociación sugiere la valoración de los trabajadores por un profesional médico y establecer distintas fases para la vuelta.
En primer lugar se incorporarán los trabajadores jóvenes -menores de 40 años-, sin historia clínica de patologías de riesgo. Después lo harán los empleados de edad media -entre 40 y 60 años- sin patologías crónicas de riesgo asociadas. A continuación, volverán los trabajadores mayores de 60 años sin patología crónica asociada y trabajadores menores de 60 años con una patología asociada (hipertensión, diabetes, cardiopatía, enfermedad pulmonar crónica) o embarazo en el caso de las mujeres. Por último, se incorporarán los empleados especialmente sensibles, entendiéndose como tales los que padecen patologías más graves.
