

Se llama TOVA y aspira a convertirse en una solución sostenible y económica para el futuro de la vivienda. El Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) ha presentado el primer edificio de España realizado con barro y una impresora 3D.
El proyecto «es fruto de la investigación constante llevada a cabo por el IAAC para encontrar nuevas formas de afrontar los retos sociales y medioambientales del futuro a través de sus diversos programas de educación e investigación», explican desde el centro en un comunicado.
El prototipo ha sido construido en las instalaciones de Valldaura Labs y aúna la arquitectura vernácula de barro y la tecnología de impresión 3D a gran escala. Para el IAAC, «no solo servirá para cambiar la arquitectura del futuro, sino que será de gran utilidad a la hora de hacer frente a la actual crisis climática y de vivienda en todo el mundo».


El proyecto ha sido desarrollado en el marco del Posgrado de Investigación 3dPA del IAAC, cuyo objetivo es formar a jóvenes arquitectos e investigadores de la construcción, y explorar las posibilidades de la impresión 3D en este sector. TOVA es el comienzo de una colaboración duradera con la empresa WASP para realizar una casa entera con tecnología de impresión 3D.
La compañía World’s Advanced Saving Project es una firma fundada en 2012 en Massa Lombarda (Ravenna-Italia) que diseña, produce y vende impresoras 3D hechas en este mismo país para todo el mundo.

TOVA el primer edificio de este tipo en España, realizado con uno de los métodos constructivos más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente en la actualidad. La construcción tardó siete semanas en completarse y se emplearon solo materiales de kilométro cero y una grúa WASP, es decir una impresora 3D arquitectónica.
El proceso de construcción no ha generado residuos, ya que los materiales se obtuvieron en un radio de 50 metros. La estructura fue realizada con barro local, mezclado con aditivos y enzimas, para conseguir la integridad estructural y la elasticidad del material necesarias para la impresión 3D optimizada.
La cimentación es de geopolímero y el techo es de madera. Para garantizar la durabilidad, se agregó una capa impermeable, utilizando materias primas como el aloe y las claras de huevo.
El edificio tiene en cuenta las condiciones climáticas del Mediterráneo: el volumen es compacto para protegerse del frío en invierno, pero se puede abrir y expandir durante las otras tres estaciones del año para disfrutar del exterior. Los muros están formados por una red de cavidades que aíslan y permiten contener el aire, de modo que se evitan pérdidas de calor en invierno, mientras que en verano protegen de la radiación solar.
Se trata de un proyecto con emisiones de carbono cercanas a cero ya que su envolvente y el uso exclusivo de un material local se traducen en la reducción de residuos. Hay que tener en cuenta que los métodos constructivos actuales son responsables del 36% de las emisiones de CO2.
Las posibles aplicaciones de este modelo de construcción son múltiples: desde viviendas hasta espacios públicos, tanto en interiores como en exteriores. En combinación con otros sistemas constructivos, puede dar lugar a edificaciones complejas e innovadoras que reducirían el impacto ambiental de la construcción.

Casas para afrontar la crisis de vivienda de hoy y del futuro
El proyecto ha sido concebido como un prototipo de vivienda sostenible que podría construirse en cualquier parte del mundo. «Demuestra una prometedora técnica que abre la puerta a solucionar los problemas de acceso a la vivienda en zonas vulnerables o en asentamientos temporales, ofreciendo opciones para la creación de espacios asequibles y más sostenibles», apuntan desde el Instituto.
Con éste y otros proyectos, el IAAC «responde a emergencias climáticas y migratorias cada vez más graves, aportando nuevas soluciones que contribuyan a resolver la crisis global de vivienda que habrá que afrontar en el futuro, provocada por grandes migraciones o desastres naturales».
El Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) es un centro de investigación, formación, producción y comunicación, ubicado en Barcelona, que cuenta con 17 años de actividad.
Como socios del proyecto han colaborado Colette, WASP, UN-Habitat, BAC Engineering, LaSalle, Smart Citizen y Squares and Living Prototypes Research Innovation.