
Brainsre.news pulsa la opinión de los principales actores del sector inmobiliario en la encrucijada de un 2022 de récord y un 2023 marcado por la incertidumbre de una situación económica de ralentización, recesión en algunos países de Europa, subida de tipos, alta inflación y guerra en Ucrania. ¿Cómo afronta cada uno el momento? Francisco Pérez, CEO de Culmia, hace balance del ejercicio que se acaba y apunta a lo que puede ocurrir durante el próximo.
Pregunta: ¿Cómo calificaría este 2022 para el sector inmobiliario?
Respuesta: 2022 comenzó muy positivo, con buenos números superando transacciones de compraventa frente al mismo periodo en 2021. Sin embargo, a partir del inicio de la guerra de Ucrania, vimos cómo el contexto geopolítico se recrudecía afectando a la economía y por lo tanto a nuestro sector también. Ello ha llevado a una ralentización del mercado inmobiliario donde la demanda de vivienda ha sufrido un encarecimiento de la financiación debido al alza de los tipos de interés, lo que supone una barrera al acceso de crédito. Sin embargo, en la actualidad sigue existiendo un desajuste entre la oferta de viviendas y la demanda, sobre todo en lo tocante a la oferta de vivienda nueva.
P: ¿Qué espera del año 2023 en cuanto a impacto de la ralentización y duración e intensidad de una posible crisis?
R: El próximo 2023 será un año de transición donde prevemos que esta sea una crisis más corta de lo que se esperaba y que, a diferencia de anteriores crisis, no destruirá el tejido empresarial. Con todo, 2023 será el momento perfecto para ejecutar el salto cualitativo y cuantitativo en la industrialización del sector y donde demostrar que el sector inmobiliario está profesionalizado, es fuerte y es un importante motor en la economía.
P: ¿Con qué herramientas afronta su empresa este panorama de incertidumbre?
R: En Culmia contamos con un negocio diversificado en tres grandes áreas: la venta de vivienda nueva, el build to rent y la vivienda asequible. Y con un gran equipo humano altamente profesionalizado para hacer frente a esta situación.
En lo tocante a las cifras de Culmia, cerramos 2022 con 85 promociones que equivalen a 6.085 viviendas en fase de desarrollo, de las que 3.237 están en construcción, entre ellas las más de 1.281 del Plan Vive, y con 1.965 viviendas en comercialización, correspondientes a 55 promociones.
Poniendo el foco en las tres áreas de negocio, vemos que la vivienda nueva debería resistir bien el envite. En cuanto al build to rent esperamos que pueda capear bien el momento, dado que los actores de este segmento del inmobiliario se están manteniendo, así como los fundamentales que hicieron que entraran al mercado nacional. Asimismo, el 2023 será crucial para la vivienda asequible ya que las administraciones deberán sacar concursos público-privados en el marco de los fondos NextGeneration para poder dar solución al acceso a la vivienda de los que lo tienen más difícil.
P: ¿Qué segmentos del inmobiliario pueden sufrir más y cuáles resistirán mejor?
R: En cuanto al BTS, las viviendas finalizadas en el último año son un 25% menos que las viviendas vendidas en el mismo periodo. Esperamos que este efecto de sobredemanda mitigue la subida de tipo de interés, así como el resto de incertidumbres.
Con relación al BTR y la vivienda asequible ambos van a conservar el buen momento, especialmente la vivienda asequible ya que se espera que los fondos NextGeneration favorezcan concursos públicos para más de 20.000 viviendas el próximo año, lo que reforzará el impulso de la industrialización del sector, tal y como ya ocurre en el Plan Vive de la Comunidad de Madrid.
P: Posición de España respecto a otros países.
R: En España se producen unas 2 viviendas nuevas cada 1.000 habitantes, cuando los principales países occidentales están en 3-4 viviendas por 1.000 habitantes. Esto nos sitúa en una excelente relación oferta-demanda en un contexto como el actual. Asimismo, el crecimiento de los precios de la vivienda nueva en España ha sido más moderado que en muchos países occidentales: nuestro último interanual es del 6,8% según el INE, mientras que en muchos países están en los dos dígitos.
El mercado español sigue siendo un mercado con indicadores fundamentales muy buenos y el sector inmobiliario español está, tras varias crisis, muy profesionalizado y capaz de afrontar el contexto actual.