El segmento del alquiler residencial ha ganado terreno respecto a la compra de vivienda en los últimos años. Actualmente, el parque de viviendas en España se distribuye en un 24% alquiler y un 76% vivienda en propiedad.
No obstante, se espera que la vivienda en régimen de alquiler siga aumentado debido a un cambio de tendencias. Se estima que entre el 35% y el 40 % de los ciudadanos vivirá de alquiler en España en los próximos años, según datos de JLL.
Además, se prevé que sobre el número actual de 2,6 millones de hogares viviendo de alquiler pueda producirse un incremento, en términos de tendencia, del entorno
de entre 15.000 y 20.000 nuevas viviendas destinadas al alquiler durante los próximos ejercicios.
El sector multifamily -formado por el residencial en alquiler, BTR y residencias de estudiantes- fue uno de los principales sectores de inversión durante 2020. En este sentido, Juan Manuel Pardo, director de Living de JLL España, espera que esta tendencia continúe en 2021. «La resiliencia de este sector en tiempos de Covid-19 y el apetito inversor también se han reflejado en la compresión de las rentabilidades», asegura.
En España, la inversión residencial ha pasado de representar un 12% de la inversión inmobiliaria en 2019, a suponer un 25% sobre el volumen total en el ejercicio pasado. En cuanto a las previsiones para 2021, «son positivas», ya que se estima que este porcentaje continúe al alza hasta representar un 33% de la inversión total.
Nuevos proyectos build to rent
En 2020, la inversión en el mercado del build to rent (construir viviendas para alquilar) se situó en el entorno de los 2.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 22% respecto a 2019, a pesar de la coyuntura económica originada por el crisis del coronavirus.
Según explica la consultora, existe una demanda independiente relacionada con criterios institucionales y grandes operaciones en España que podrían elevar a entre 5.000 y 6.000 las nuevas viviendas en proyectos build to rent.
Atendiendo a la localización de los proyectos, hay un claro interés en ubicaciones como Barcelona. Del mismo modo, hay preferencia, aunque menos evidente, por otras localizaciones como Granada y Las Palmas para comprar suelo, incentivadas por la propia falta de suelo y por una demanda insatisfecha.