El sector inmobiliario y de la vivienda cada vez está más concienciado en el avance hacia la neutralidad de emisiones y la reducción del gasto innecesario de energía. En España, este segmento genera el 30% del consumo de energía y es el responsable del 35% de las emisiones de CO2.
Para definir las nuevas tendencias que aguardan en el diseño y la composición de nuestras viviendas en materia de sostenibilidad, Culmia, plataforma residencial especializada en gestión de proyectos inmobiliarios, ha desarrollado el informe ‘Macrotendencias en torno a la vivienda 2023-2030’ junto a la consultora A Piece of Pie, que recoge y analiza las posibles características ligadas a la sostenibilidad que marcarán nuestro hogar en los próximos años:
1. Nuevos materiales de construcción para ganar en independencia energética
En una década de incertidumbres, de escenarios geopolíticos complejos, y de sus probables efectos, se erigen nuevas formas de construir viviendas para ganar en independencia energética.
En consecuencia, están apareciendo nuevos materiales que quizás en un tiempo no muy lejano puedan aplicarse en la construcción, como el plástico fabricado a partir de emisiones de CO2, un material con infinidad de usos y biodegradable que, además, por su origen, se considera de carbono negativo. Se puede producir en cualquier lugar y permite disminuir el impacto medioambiental (productos de kilómetro 0, mayor independencia de la cadena de suministro, etc.). O el vidrio solar, que se trata de una nueva forma de capturar energía. De este material se dice que puede alimentar energéticamente un rascacielos completo utilizando el material en las ventanas de fachada. Es totalmente transparente y tiene la capacidad no solo de capturar, sino de almacenar energía solar.
A estos se les suma la bioconstrucción y el uso de nuevos materiales naturales para la construcción de vivienda como son la lana, la madera, los ladrillos de lana, el cáñamo o aislantes de micelio (hongos).
2. El hogar aprende de nuestros hábitos y nos permite optimizar gastos
Los algoritmos permitirán ir más allá de la automatización para dar lugar a soluciones predictivas capaces de optimizar el uso de la energía.
La autonomía que ganará el hogar, y el aprendizaje que hará de los patrones y rutinas de sus inquilinos, hará que este se ajuste a los hábitos y preferencias de los usuarios, así como a los factores externos, minimizando gastos innecesarios. En este sentido, surgirán soluciones tecnológicas para promover la sostenibilidad, la salud, la seguridad, facilitar la sociabilidad y el trabajo remoto. Asimismo, la aplicación de la tecnología permitirá incrementar la eficiencia de los edificios.
3. Interrelación entre sostenibilidad, salud individual y estilo de vida
Los hogares en los próximos años verán cómo toman un mayor peso las exigencias de requisitos relacionados con la salud en la vivienda relativos a la ventilación, luz solar, espacios exteriores, etc. Y junto a ello aparecerán regulaciones y certificaciones basadas en la arquitectura saludable con impacto en los materiales y espacios.
La vivienda permitirá satisfacer todas las necesidades individuales, a la vez que aportará confort natural aprovechando el entorno. Es por ello que aumentará la demanda de materiales naturales para la creación de los hogares.
Y, atendiendo a la importancia de la salud, sobre todo en una sociedad con población cada vez más senior, proliferarán los dispositivos y sensores para monitorizarla.
4. Conciencia verde
La sostenibilidad se ha convertido en un driver del sector inmobiliario. Influye cada vez más en todos los aspectos del diseño de la vivienda: materiales, localización, tecnología disponible, etc.
Esta conciencia se hace patente en el comportamiento de los compradores de vivienda. Desde hace unos años los criterios de sostenibilidad eran relevantes para menos del 20% de los compradores de vivienda nueva. Hoy sobrepasan ya el 50%, donde los compradores manifiestan su disposición a un mayor coste si sus nuevas viviendas incorporan medidas de sostenibilidad. Asimismo, según una nueva encuesta del Eurobarómetro recientemente publicada, más de la mitad de los europeos (58 %) piensa que debe acelerarse la transición hacia una economía ecológica.