La morosidad de la banca española volvió a caer en mayo, en pleno estado de alarma, y se situó en el 4,73%, en mínimos de hace 11 años. Este dato es dos centésimas inferior al registrado en abril, mes en el que la tasa de morosidad se situó en el 4,75%.
Con la caída contabilizada en mayo, son ya cuatro meses consecutivos de retrocesos.
La razón principal de este descenso se debe a que el crédito concedido siguió aumentando gracias a medidas de apoyo a la economía como los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO).
Además, también influyeron otras iniciativas puestas en marcha para paliar las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, como las moratorias hipotecarias o de préstamos de consumo.
El número de créditos sigue subiendo y se sitúa en los 1,22 billones de euros en mayo frente a los 1,21 billones del mes de abril. Se trata de la cifra más alta desde 2018.
Por otro lado, el volumen de dudosos aumentó en 250 millones frente al mes anterior, tras haber registrado un descenso en marzo. Por su parte, el montante de crédito repuntó un 1,4% respecto al mes precedente, incrementándose el volumen total en 17.208 millones.
La morosidad en el estado de alarma
A pesar de la declaración del estado de alarma en marzo y el parón de gran parte de la economía en los momentos más duros de la crisis sanitaria, la morosidad no aumenta de forma inmediata por varias razones.
En primer lugar las entidades no tienen que apuntar en su contabilidad como moroso un préstamo desde el impago de la primera mensualidad, sino que debe esperar a que transcurran al menos 90 días desde que el cliente deja de afrontar la cuota.
Así, solo las familias que entraran en apuros nada más comenzar la declaración del estado de alarma en marzo y entonces dejaran de pagar sus cuotas hipotecarias o de consumo, podrían estar incluidas ya en los datos del cierre de mayo.
Además, el Gobierno aprobó una moratoria hipotecaria y de préstamos de consumo que el propio sector financiero amplío para que llegue a más beneficiarios y rebaja considerablemente la factura de muchas familias, que durante meses sólo pagan intereses y evitan ser considerados morosos.