La actividad en el mercado de oficinas de Barcelona ha vivido una semana intensa que acaba con otra nueva noticia. La Fundació Carulla se muda de sede y ha cerrado el arrendamiento de un nuevo edificio de oficinas corporativo en la calle Pere IV, en el distrito tecnológico del 22@ de Barcelona.
En una operación asesorada por Forcadell, la Fundació que hasta ahora su sede en la Vía Augusta pasa a contar con 1.178 metros cuadrados de espacios distribuidos en planta baja, dos plantas y una terraza de 357 metros y lo hace en una de las zonas más activas (y atractivas para el inmobiliario) de la ciudad condal cuando de foco empresarial se trata.
Según Manel de Bes, director del Departamento de Oficinas de Forcadell, «el ritmo de contratación del 22@ mantiene una buena tendencia». En este sentido, “movimientos como el de la Fundació Carulla son un claro ejemplo de que en el distrito no solo hay espacio para empresas del sector tecnológico o start-ups”, señala.
Estas instalaciones, propiedad de un family office catalán y reformadas de forma integral por el prestigioso estudio de arquitectos BCA, experto en rehabilitaciones e edificios de oficinas, estarán disponibles a partir de diciembre 2022.
Según un informe de CBRE conocido ayer, las rentas de los edificios de mayor calidad en la ciudad condal se sitúan 5,2 puntos por encima respecto al resto de oficinas, una diferencia que puede llegar hasta los siete puntos en determinados barrios.
Barcelona tiene actualmente más de un millón de metros cuadrados de oficinas de máxima calidad, equivalente al 21% del stock de la ciudad, sin tener en cuenta la periferia. Esta cifra ha ido creciendo notablemente en los últimos años y se sitúa muy por encima del porcentaje registrado en Madrid, del 14%.
La calificación de Grado A se evalúa no sólo por los aspectos técnicos del edificio, sino también teniendo en cuenta criterios valorados por los inquilinos, como la rehabilitación de los edificios, su representatividad, su sostenibilidad o la experiencia del usuario, entre otros.
Al tratarse de un edificio independiente a cuatro vientos, dispondrá de espacios diáfanos con excelente luz natural. Además, su estratégica ubicación en los alrededores de la Rambla del Poblenou de Barcelona, hace que cuente con variedad de servicios y buenas conexiones con transporte público.
La Fundació Carulla, anteriormente conocida como Fundació Jaume I y Fundació Lluís Carulla, centra su actividad en el ecosistema de premios y programas de impulso a proyectos culturales transformadores y educativos. Entre ellos, el Premio Lluís Carulla, Premios Baldiri i Reixac, Premio Francesc Candel y el espacio Mutare, que conecta el sector cultural i el artístico con diferentes retos sociales. Aparte, también gestiona el Museo de la Vida Rural de la Espluga de Francolí y la Editorial Barcino, su sello editorial.