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Flex Living, la alternativa al modelo residencial tradicional

Jorge Estévez, director de Orbyn Real Estate, analiza el ámbito flex living, un segmento que no deja de captar la atención de los inversores.

Flex Living, la alternativa al modelo residencial tradicional

El flex living se está posicionando como uno de los asset class con mayor crecimiento, análisis e, incluso, deseo de este 2023. Según datos de CBRE, los volúmenes de inversión de este año así lo confirman: el sector living ha liderado la inversión inmobiliaria en España durante la primera mitad del año, con casi 1.629 millones de euros y concentrando el 31% del total transaccionado, frente el 25% del mismo periodo del año anterior. El segmento flex living ha escalado hasta la segunda posición por volumen de inversión dentro del living, alcanzando 240 millones de euros.

Entre los factores que confieren al flex living un atractivo especial se incluyen su alta demanda, su capacidad de adaptación a diversas configuraciones urbanas y su versatilidad en términos de clientela y rentas, ofreciendo un amplio espectro de posibilidades.

Pero, ¿qué es exactamente el flex living? Podemos definirlo como una tendencia emergente en el mercado residencial, una nueva tipología de activos inmobiliarios que conceptualmente están diseñados con el fin de residir en los mismos, con una salvedad: la de adaptarse mejor a los nuevos estilos de vida. Haciendo un guiño a nuestro negocio, podríamos decir que es la «alternativa» al modelo residencial tradicional. 

Son activos diseñados para que los inquilinos residan en estancias de semanas o meses, donde se cuida especialmente la experiencia como inquilino y este lo compagina con su estilo de vida. Los cambios socioculturales, movimientos demográficos y la reciente pandemia son, entre otras razones, catalizadores que han dado forma a este concepto, estrechamente vinculado a la movilidad de los individuos y a las transformaciones asociadas a los hábitos de vida que se han fraguado estos últimos años.

El flex living está ganando terreno en toda Europa, sobre todo, en un rango de población de 25 a 45 años, aproximadamente. Estos individuos, generalmente con formación académica superior, empleos de alta cualificación y cierto poder adquisitivo, buscan soluciones de vivienda que se adapten a un estilo de vida marcado por la flexibilidad y sin ataduras.  

El concepto de flex living se divide en tres tipos de activos: coliving, corporate living y vacational. El coliving es un desarrollo en suelo de uso residencial urbano, donde prima el sentido de comunidad. La comunidad, un pilar ancestral en la convivencia humana, y el sentimiento de pertenencia, añaden un valor insustituible que, según los propios usuarios, supera incluso al valor intrínseco del edificio en sí.

El corporate living, se ubica en suelos de uso comercial y el sentido comunitario es mucho menor, con más amenities, donde desarrollar una experiencia con un nivel superior. Por último, el vacational se desarrolla en suelo de uso comercial, deslocalizado de zonas urbanas, con gran sentido comunitario, pero con un grado de independencia algo mayor.

Las ubicaciones en general están sujetas al público que lo disfruta, sin embargo, existe mayor concentración de este tipo de producto en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, así como ciudades de tamaño medio asociadas a polos de atracción como la costa o entornos naturales singulares y polos de innovación, como es el caso de Málaga.

Los indicadores nos muestran que los precios medios mensuales en nuestro país oscilan en rangos desde unos 900 € hasta 2.000 €, para espacios con una superficie que va desde los 20 m2 hasta los 75 m2 aproximadamente. 

España resulta un destino especialmente interesante para consumidores de este tipo de servicios por nuestra posición geográfica y clima. Es una fórmula de atracción de población que se pueden ubicar en segmentos de rentas relativamente altas, por lo tanto, esto lleva asociado demanda de otros bienes y servicios, siendo un factor más que estimula la demanda en términos macro. 

Sin embargo, se trata de una tendencia que no sólo despierta el interés de los usuarios. Existe un creciente interés por parte de los inversores debido a la flexibilidad en las tipologías de suelo en las que puede edificarse, los atractivos retornos y las expectativas en el recorrido de las rentas. Muestra de ello es que numerosos players de referencia en el sector tienen una estrategia clara y definida para continuar su línea de crecimiento del negocio amparada en este formato. 

El flex living vive su momento más dulce, en plena expansión y consolidando sus cifras. Estoy convencido de que en este camino a la consolidación veremos movimientos entre operadores, capital y, por supuesto, en la demanda, en un mercado que está llamado a ser la alternativa al residencial tradicional.

Artículo de opinión escrito por Jorge Estévez, director de Orbyn Real Estate

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