Confianza en la recuperación pero no de forma homogénea. Éste sería el principal sentimiento que se dibuja entre los inversores y expertos del sector inmobiliario en toda Europa. La mayoría de los profesionales del sector creen que 2022 va a ser un año en general mejor para las rentabilidades y sus propios negocios, sin embargo, a la hora de invertir, se aferran a los mercados seguros.
Así se refleja en el informe de Tendencias del Mercado Inmobiliario que elabora anualmente Urban Land Institute (ULI) junto a PwC, que desvela una fuerte demanda de activos por parte de los inversores, especialmente en aquellos segmentos menos castigados por la pandemia, motivada por la abundancia de liquidez en el mercado.
«Al disponer de vacunas eficaces contra el COVID-19 en toda Europa, las perspectivas del sector inmobiliario son más halagüeñas a medida que los distintos países y su ciudades vuelven a abrir sus puertas. Sin embargo, aunque el panorama general ha mejorado, algunos mercados -sobre todo los más dependientes del turismo- se han visto más afectados por la pandemia, por lo que podrían tardar más en recuperarse», explican.
En esta coyuntura, los expertos del sector vuelven a colocar a Londres como el primer destino de la inversión inmobiliaria en Europa. «Londres vuelve al número 1, a pesar de la pandemia y el Brexit. Lo que se aprecia de Londres es la profundidad y la liquidez de su mercado. En tiempos de incertidumbre, lo que se premia es la estabilidad», explica Richard Garey, socio responsable de Deals en PwC Real Estate. De hecho, Londres logra una puntuación muy superior a la que tuvo Berlín el año pasado.
A pesar de que Berlín cae esta vez al segundo puesto, la fortaleza del mercado inmobiliario alemán se refleja en la querencia por invertir en él, y tres ciudades de Alemania figuran dentro de las diez primeras posiciones del ránking.
El Top 10 de la inversión inmobiliaria en Europa lo completan capitales como París, Ámsterdam y las dos grandes ciudades españolas: Madrid y Barcelona, que regresa a este selecto club, tras figurar en el número 13 el año pasado. «Madrid sube dos puestos y se sitúa en el 6 y Barcelona sube 4 hasta el número 9. En el caso de Madrid, se debe a las oportunidades en residencial y logística y la fortaleza de su mercado de oficinas. DE Barcelona, los encuestados han vuelto a valorar la mezcla de industrias que tiene y el potencial de crecimiento de otras como la innovación tecnológica o la investigación biomédica. También se nota que toda España tiene una ventaja y es que hay precios muy atractivos, un nivel de costes y una calidad de vida mucho mejor que otras ciudades», comenta el socio responsable de Deals de PwC Real Estate.
“Los inversores confían en el mercado inmobiliario español y se declaran optimistas después de comprobar que el sector ha superado con éxito la peor parte de la pandemia. También comprobamos que no hay vuelta atrás en el camino de transformación integral iniciada en la industria inmobiliaria, y que viene de la mano de la tecnología, de los cambios organizativos, del foco en la gestión del activo y del cliente, y de incorporar los aspectos ESG en la estrategia y en el modelo de negocio de las compañías inmobiliarias. En España los operadores lo están viendo también claro y saben que es una oportunidad que no pueden desaprovechar como sector”, apunta por su parte Antonio Sánchez Recio, socio responsable del sector de Construcción, Inmobiliario y Servicios en PwC.
Según el citado informe, existe una diferencia de rentabilidad entre Londres y sus equivalentes en el continente de alrededor del 1%.
Interés de los inversores por activos
Si por ubicación, los inversores tienen clara su apuesta hacia lo seguro, lo mismo puede extrapolarse a los activos. «Hay una clara tendencia a activos contracíclicos: hay un gran interés hacia activos alternativos como las infraestructuras de energías, data centers, logística y también por residencias de ancianos y de estudiantes», explica Paula Hernández, socia responsable de Legal en PwC Real Estate.
Por el contrario, los centros comerciales, tanto en los centros urbanos como en las afueras, las tiendas en los centros de las ciudades, las oficinas en las afueras, los aparcamientos y los hoteles, se sitúan en la parte baja de las preferencias de los inversores europeos. Sin embargo, en el caso de los hoteles en el mercado español, no parece que el apetito sea menor. «Hemos hecho mucha compra de hoteles en provincias del centro y la verdad es que ahora funcionan perfecto. No creo que hay que compartir la visión negativa de hoteles. Hay mucho gran inversor apostando por ello», señala Juan Pepa, socio fundador de Stoneshield Capital.
Algo que comparte el mercado inmobiliario en Europa en general y en España en particular es el apetito inversor por el residencial. » En el ránking de inversión, el residencial es el mayor. La pandemia ha reforzado el residencial por su estabilidad de generar ingresos de forma recurrente, aunque en España existe preocupación por el marco regulatorio estable. Los inversores se quejan también de la carencia de suelo y la lentitud de concesión de licencias», explica Hernández.
Inversión inmobiliaria en España
En el caso de España, los expertos creen que en 2022 se mantendrá las buenas cifras de 2021, aunque se muestran cautos en algunos aspectos.
«Soy optimista pero hay que tener prudencia en el detalle. El hecho de que 10 de las ciudades, quitando las cuatro alemanas, dos son españolas. Pero sí que el mercado se va a volver más exigente, los éxitos no van a ser para todos«, asegura Miguel Pereda, consejero delegado de Grupo Lar, durante la presentación del estudio de PwC y ULI.
«Somos optimistas pero prudentes. A pesar de las diferentes olas, las restricciones son cada vez menores y la gente se las toma de otra manera pero sí que es verdad que ya la segunda parte de 2021 vimos una moderación del crecimiento, en parte por la llegada de Omnicrom y también por el fantasma de la inflación. Somos optimistas porque en un entorno como el actual, el inmobiliario tiene muchísimas cualidades que aportar a las carteras de los inversores pero vemos ciertos temas, como las tensiones en la cadena de suministro, los problemas geopolíticos y, en España, el tema de la inestabilidad jurídica», apunta por su parte Vanessa Gelado, senior managing director de Hines Spain.