El segmento de segunda residencia de la costa española registró en los tres primeros meses de este año una actividad igual o superior a la del periodo enero-marzo de 2022, impulsada por una mayor intensidad de compraventa por parte de la demanda extranjera, que ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia de coronavirus. El precio de la vivienda vacacional se ha incrementado en los últimos 12 meses un 6,3%, hasta los 2.550 euros por metro cuadrado, un 35% por encima del valor de la vivienda de primera residencia en las zonas de costa, según ha informado este lunes Tinsa.
Cristina Arias, directora del servicio de Estudios de la tasadora, ha dicho que «los precios de la vivienda vacacional en costa continúan mostrando una tendencia alcista que contrasta con la tendencia a la estabilización de precios que se observa desde finales de 2022 en el mercado residencial general». «Este comportamiento del precio es consistente con el perfil asociado al comprador de segunda residencia, con mayor poder adquisitivo y, por tanto, menos afectado por el impacto de la inflación y el encarecimiento de la financiación hipotecaria que un comprador de primera residencia medio», ha añadido.
La vivienda en costa se encareció a lo largo de 2022 y sigue mostrando una tendencia alcista generalizada en el primer trimestre del presente ejercicio. El valor medio, considerando tanto primera como segunda residencia, registró una variación anual del 4,1% en el primer trimestre de 2023 en el conjunto de municipios de costa, hasta los 1.591 euros por metro cuadrado, frente al repunte del 3,5% registrado en los primeros tres meses del año pasado.
Si se compara el nivel de precio actual de la vivienda con los máximos alcanzados en la primera década del siglo XXI, hasta 14 municipios, todos ellos en las Islas Baleares, se encuentran en máximos históricos, por encima de las referencias del periodo 2007-2008. Las localidades que superan con mayor holgura esta referencia son Santa Eulària des Riu (+29,2%), Sant Josep de sa Talaia (+29%), Sant Antoni de Portmany (+26,2%) e Ibiza (+26%), todas en la isla de Ibiza.
Arias ha explicado que la demanda internacional ha superado los niveles previos a 2020. «Tras la contracción experimentada en 2020 y 2021 a causa de las restricciones de movilidad por el coronavirus, en 2022 se ha registrado un rebote que refleja la canalización de ahorros acumulados por los hogares extranjeros hacia el residencial español, tendencia más acentuada entre los compradores no residentes, aunque con un volumen de operaciones mayor entre los residentes», ha indicado.
«La proporción de no residentes es tradicionalmente mayor en las islas, aunque en el último año también se ha producido una alta concentración en la costa mediterránea que ha invertido la naturaleza del comprador mayoritario en esta vertiente, habitualmente residente», ha concluido Cristina Arias.