
El Gobierno da luz verde a la nueva sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que pasará del número 42 de la calle Poeta Joan Maragall al número 99 del paseo de la Castellana, en la capital.
El 25 de marzo de 2022, España cedió oficialmente el edificio B del Palacio de Congresos a la OMT por un periodo de 75 años y se comprometió a asumir la rehabilitación del mismo. Aquel acuerdo administrativo internacional entre España y la organización ya da sus primeros pasos: ayer, el Consejo de Ministros autorizó el contrato de las obras de remodelación y ampliación del edificio B, con una inversión estimada de 24,6 millones de euros.
Las obras suponen la reconfiguración interior completa del volumen actual del edificio, que tras la demolición interior de particiones y las necesarias instalaciones, será adaptado a los nuevos usos tras la demolición interior de particiones y las necesarias instalaciones.
Además, el complejo ganará una tercera planta adicional que incluirá nuevos elementos estructurales a apoyar sobre los ya existentes. La cubierta contará con claraboyas para facilitar la iluminación natural. Según el comunicado oficial del Ministerio, «se busca un lenguaje arquitectónico contemporáneo, que se diferencie clara pero discretamente del mural diseñado por Joan Miró».
La autorización supone «un paso muy importante para la tan deseada reapertura de este espacio, absolutamente necesario para el desarrollo económico y turístico de Madrid», según Héctor Gómez, ministro de Industria, Comercio y Turismo.
Historia del Palacio de Congresos y Exposiciones
El Palacio de Congresos y Exposiciones de la capital fue inaugurado en 1970, se compone de tres edificios o volúmenes constructivos (A, B y C) y se encuentra adscrito al Instituto de Turismo de España (Turespaña).
Aunque en 1995 se produjo un grave incendio que causó el derrumbe del auditorio B y de las dependencias anexas ubicadas en la fachada norte. Las obras imprescindibles para permitir el funcionamiento del resto del edificio se acometieron tras el siniestro. No se procedió, sin embargo, a la reconstrucción de los espacios afectados, zona que en la actualidad sigue diáfana y sin uso.
El resto del edificio sí fue utilizado hasta 2012, año en que se acordó la suspensión temporal de las actividades, decisión motivada por una serie de informes técnicos que determinaron que no se satisfacían las exigencias de seguridad de la normativa vigente. La suspensión dejó de ser temporal para convertirse en indefinida, hasta que no se cumpliese toda la normativa de seguridad.
En la actualidad, diversos estudios de viabilidad aconsejan que una parte del inmueble (edificios A y C) sea licitada mediante una concesión de obra pública para dedicarse al uso característico como Palacio de Congresos y Exposiciones, mientras otra parte, el edificio B, pueda cederse a la OMT para alojar la nueva sede de la entidad.