A poco menos de cuatro meses de que abra sus puertas, MIPIM 2023 empieza a generar debate en Madrid y, de paso, se lleva el compromiso de las administraciones de la Comunidad y del Ayuntamiento de su máxima participación. En un acto organizado por Meridiana en las oficinas CBRE España en Madrid, top players del sector españoles han debatido sobre dos grandes cuestiones: la exigencia de las siglas ESG para el sector inmobiliario en estos tiempos y el papel que puede jugar el área metropolitana madrileña.
El mayor encuentro global del sector inmobiliario se celebrará en Cannes entre el 14 y el 17 de marzo del año próximo y todos los actores coinciden en que la triple sostenibilidad que marcan las siglas ESG (ambiental, social y corporativo, en su traducción del inglés al español) marcarán las jornadas. Porque «ya no es una opción, sino una obligación».
Ese ha sido el punto de partida de la mesa redonda moderada por Roger Pla (partner de Roca Junyent), y que ha contado con la participaciñon de Carmen Panadero, presidenta de WIRES, Women in Real Estate Spain, Comité Ejecutivo ULI España y consejera Independiente ; Manuel Aragón, senior project manager de Panattoni y Leyre Echevarria Icaza, directora ESG de CBRE España.
También han participado en intervenciones individuales el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Mariano Fuentes; y el viceconsejero de Vivienda y Ordenación del Territorio de la Comunidad, José María García. Ambos han explicado qué han desarrollado desde sus respectivas administraciones en materia de vivienda pero, sobre todo, han invitado al sector empresarial a «utilizar, aprovechar y hacer negocios» en el stand que Ayuntamiento y Gobierno regional compartirán en la ciudad francesa.
Serán 180 metros en vez de los 130 del año pasado, una edición a la que volvió por primera vez en diez años el Ayuntamiento de la capital, «porque había que estar junto a las más de 500 ciudades que participan en este evento», ha explicado el concejal del área. Tanto él como el número dos de la Consejería también han coincidido en defender una política «que piensa como los empresarios y aplica lo mejor de su forma de trabajar a la administración» (Fuentes) y que «es totalmente confiable» (García).
Sin embargo, en MIPIM 2023 volverá a estar el Spanish Pavilion, con representantes de otras administraciones como el Ayuntamiento de Málaga o los gobiernos regionales de Murcia, Castilla-La Mancha y Castilla y León, así como otros organismos estatales como el ICEX o el Sepes. El objetivo, según ha señalado Albert Castro, representante del evento en España, es alcanzar los 24.000 asistentes en esta segunda edición física tras el parón pandémico.
Y, en esta edición, como ha dejado claro el debate durante la presentación navideña, la sostenibilidad no será sólo una palaba o una moda. Tal y como ha resaltado Carmen Panadero, el auge de la financiación verde no es más que una ratificación de una tendencia que sólo puede ir a más. Con 50.000 millones de euros en distintos instrumentos habilitados sólo en España (900.000 en el mundo) durante el último ejercicio cerrado, esas cifras suponen un 60% de incremento respecto al anterior.
Grandes empresas del sector, como Merlin Properties recientemente, se han financiado precisamente utilizando un mecanismo de este tipo. En concreto, firmó un préstamo verde valorado en 660 millones de euros.
Leyre Echevarría, por su parte, ha recordado las principales conclusiones de sus últimos análisis de mercado en cuanto las siglas ESG entran en juego. Ha incidido en que en el sector de las oficinas se ha demostrado que el incremento de valor de un activo ronda el 10% cuando cumple con los mayores requisitos sostenibles y que, además, las rentas posteriores que se pagan son mayores y el tiempo de publicación menores.
Finalmente, Manuel Aragón, como representante de un gigante de la logística como es Panattoni, rebajó la sensación que se suele tener que cumplir con los criterios sostenibles es caro: apenas un 2% del coste de obra (más pequeño si se toma todo el proyecto). En un sector como el suyo, ha incidido, lleva tiempo sin ser una opción: las empresas y los inversores quieren las máximas calificaciones como garantía (y como paso esencial para luego seguir ahorrando ya con el activo en marcha).
