La cotizada Merlin Properties se anota el punto en la primera batalla judicial frente a José y Paula Almansa, fundadores de Loom, la filial de coworking del grupo. Ha sido desestimada por el Juzgado de Primera Instancia nº 33 de Madrid la demanda en la que los hermanos Almansa reclamaban que se reconociera que ambos fueron apartados de la dirección comercial de Loom una vez la compañía fue comprada por la Socimi, según ha avanzado Expansión.
Según los Almansa, la estrategia consistió en participar en el impulso de la actividad comercial para evitar que el precio contingente que Merlin les tenía que abonar al comprar la totalidad de Loom quedara a la total «discrecionalidad» de la Socimi.
Sin embargo, en el fallo del jurado se concluye que las funciones encomendadas a los fundadores de Loom no eran de dirección o gestión de la actividad comercial, «facultades reservadas» a los órganos de administración, sino más bien funciones «meramente consultivas y asesoras».
En definitiva, «no tenían capacidad para implementar la estrategia comercial, no pudiendo encuadrarse su actuación como se pretende en el concepto de liderazgo», apunta la sentencia. Así, la sentencia determina que no se produjo incumplimiento por parte de Merlin.
Merlin y Loom: otra resolución pendiente
Este procedimiento se suma a otro aún pendiente de resolución en el Juzgado de Primera Instancia nº 49 de Madrid, de mayor importancia. Los Almansa acusan a la cotizada de presuntos incumpliientos del contrato de compraventa de la firma. Concretamente, señalan el pago contingente para hacerse con la totalidad de la compañía a abonar en 2022.
Paula y José Almansa vendieron Loom a Merlin Properties por 1,2 millones de euros en 2019, y también un variable según los ingresos y el capex invertido en Loom a finales de 2021. El resultado de este pago variable, que se elevaba a 3,5 millones de euros en su escenario base y podía ser mayor si los objetivos cumplidos se disparaban, fue de cero euros.
La demanda que solicitan los fundadores de Loom asciende así a una indemnización de 170,8 millones por la presunta manipulación de los parámetros de valoración del pago y por no canalizar todo el volumen de negocio de oficinas flexibles vía Loom y montar otra marca, Merlin HUB. En este punto, Merlin niega cualquier irregularidad en el proceso.
En 2022, los ingresos totales de Merlin se situaron en 460,7 millones de euros, un 7,5% más en términos comparables respecto el año anterior, un ebitda de 334,7 millones de euros, un 14,7% por encima de 2021, y un beneficio operativo de 290,5 millones de euros, un 6,4% por encima de la cifra del año anterior.
