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Cómo está afectando la inflación al sector inmobiliario

Rafael Alamillo, CEO de Home Boutique, opina sobre la actualidad económica en el sector inmobiliario español.

Cómo está afectando la inflación al sector inmobiliario

Según la RAE, inflación es «abundancia excesiva» y «elevación del nivel general de los precios». Ese nivel general de los precios, denominado IPC, es el indicador del coste de la vida y es esencial para conocer la inflación. Si el IPC sube, las familias deberán gastar más que en el anterior periodo para adquirir los mismos productos. Entonces, como sabemos, si sube el IPC, pero los sueldos no lo hacen por igual, el nivel adquisitivo será menor.

Además, está la inflación subyacente, cuyo concepto nació tras la crisis energética de los años 70, en el que se elimina para el cálculo el índice energético (luz, agua y gas) y los elementos no elaborados, que parece ser que acabó en 2022 en el 6,9%.

El aumento de los precios desde 2021 se ha venido produciendo de manera constante. El IPC, que en los años 2016 a 2020 osciló entre el -0,5% y el 1,6%, llegó en 2021 al 3,2% y en 2022 cerró en el 5,7%.

El aumento de precio del gas, que se incrementó más de un 30% en 2022; de la electricidad, un 34% respecto a 2021 y un 87% respecto a 2020; de la gasolina, más de un 15%, y el diésel, un 30%, han repercutido en los precios de todos los productos de la cesta de la compra, subiendo en su mayoría más de dos dígitos (el pan un 18%, provocando el cierre de más del 5% de las panaderías) por el mayor coste de producción, almacenamiento y de distribución.

Las medidas que está aplicando el Banco Central Europeo (BCE) para luchar contra la subida de precios es simple. Subir los tipos de interés, a rebufo de la reserva federal americana. En la última subida de 2022, con los tipos al 2,5% se llegó a una cota que no se alcanzaba desde 2008, cuando comenzó la recesión mundial y la burbuja inmobiliaria.

En este 2023 los tipos seguirán subiendo, aunque se espera que, con subidas graduales no muy altas, en torno al cuarto de punto.

¿Y cómo afecta al real estate

Respecto al sector inmobiliario, está claro que ya se están produciendo ajustes de precios.

Actualmente, las entidades bancarias ya no ofertan hipotecas a tipo fijo y las hipotecas variables hacen que una parte importante de los compradores tengan que optar a viviendas hasta un 30% más baratas si quieren seguir pagando la misma cuota que cuando el tipo de interés era 0. Eso, unido a que el poder adquisitivo ha menguado de manera inexorable debido al aumento de precios en todos los productos, hace que el mercado inmobiliario se resienta y disminuyan el número de operaciones por la falta de demandantes.

Si bien la demanda actual de vivienda es superior a la oferta, la subida de los tipos de interés y de los precios no quiere decir que el comprador o el inversor lo haga a cualquier precio. Las operaciones de compraventa desde diciembre de 2022 se han ralentizado, los compradores hacen ofertas ya no solo en función de las previsiones económicas nada optimistas sino en función de su capacidad de endeudamiento.

El comprador que podría acceder a una vivienda de 360.000 euros, en el que su banco le daba el 80%, 300.000 euros, ahora para mantener la misma cuota mensual que pagaba hace un año, solo puede optar ahora a una hipoteca de 190.000 euros, es decir, a una vivienda de 250.000 euros, con lo que se reduce el número de demandantes que pueden acceder financieramente a la misma vivienda. 

Esta reducción de demandantes llevará, aunque la oferta de inmuebles siga reducida, a una bajada de precios.

Respecto a los alquileres, el parche de limitar las revisiones a las rentas a un 2% solo hay que hacer unos simples números. Si un alquiler de 700 euros nos sube el propietario en vez del 6,9% el 2%, nos ahorramos 34 euros al mes. Pero si la luz y el gas les sube de media más de 100 euros al mes… ¿Por qué no limitan el precio de esos suministros? Debe ser porque igual es más fácil limitar al particular que a las grandes empresas.

No podemos olvidar que uno de los más beneficiados de la inflación es el Estado, el cual lleva un trimestre tras otro batiendo ingresos récord de recaudación de IVA e IRPF.

El déficit de la mayoría de los países desarrollados llega al 30/40% del PIB, por lo que realmente lo que se consigue con el aumento de los precios y las subidas de los tipos de interés es el empobrecimiento de la clase baja y media, a coste de sufragar el enorme gasto del Estado, que disfraza con ayudas, como los 20 céntimos al combustible o rebajar el IVA de algunos productos básicos, su inoperancia a la hora de gestionar los recursos públicos. 

Otros ejemplos que explican lo incoherente de las medidas económicas, como en Reino Unido, en el que acaban de aprobar unas ayudas a quien no ponga la lavadora de 17h a 18h.

Tampoco hay que olvidar que la financiación, no solo de los particulares, es más cara para las empresas, las cuales tienen que soportar mayores costes para sus productos, costes que muchas veces no pueden trasladar al cliente final y van contra su margen empresarial, sin contar una bajada del consumo por la pérdida de poder adquisitivo del sufrido contribuyente, lo que terminará en despidos (las tecnológicas ya han comenzado) y, consecuentemente, en una nueva e inevitable recesión.

Lo que no variará será el beneficio ingente de las empresas energéticas… ni de la banca. Ellos siempre ganan. 

Rafael Alamillo, CEO de Home Boutique

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