Inmoglaciar, la promotora viviendas controlada por el fondo de inversión Cerberus, ha decidido poner en marcha un importante ajuste en un modelo de negocio, con el objetivo de reducir costes y adelantarse a la situación que el mercado residencial español vivirá tras la crisis del Covid-19.
Este cambio en la inmobiliaria de Cerberus incluye la externalización de servicios -ya ha externalizado servicios en dos delegaciones:Galicia y Andalucía–, y la puesta en marcha de un expediente de regulación de empleo (ERE), comunicado ayer a sus empleados, según Expansión. Actualmente, la plantilla de Inmoglaciar está formada poe 122 empleados.
Inmoglaciar cuenta actualmente con 1.400 viviendas en construcción, repartidas en 21 promociones en marcha. Además, tiene otra veintena de proyectos, con unas 1.000 viviendas adicionales, cuyo desarrollo ahora se encuentra a la espera de ser revisado, así como otras 3.000 aún en una fase más inicial.
Enfriamiento del mercado
De esta forma, Inmoglaciar se prepara para el previsible enfriamiento del mercado de la vivienda, que aún se recuperaba del último crack. Así, al cierre de 2019, sólo se había recuperado un 53% del valor perdido durante la crisis, elevando el precio medio a 1.734 euros el metro cuadrado.
En cuanto al número de compraventas, el volumen de viviendas transaccionadas anualmente pasó de 952.805 a apenas 299.953 unidades, lo que supone un desplome del 68,5%. Mientras que en 2019, con 567.753 ventas registradas, solo se recuperó un 41% de la cantidad de transacciones ejecutadas durante el boom.