Brainsre.news pulsa la opinión de los principales actores del sector inmobiliario en la encrucijada de un 2022 de récord y un 2023 marcado por la incertidumbre de una situación económica de ralentización, recesión en algunos países de Europa, subida de tipos, alta inflación y guerra en Ucrania. ¿Cómo afronta cada uno el momento? Marc Pritchard, director de Marketing y Ventas de Taylor Wimpey España, hace balance del ejercicio que se acaba y apunta a lo que puede ocurrir durante el próximo.
Pregunta: ¿Cómo calificaría este 2022 para el sector inmobiliario?
Respuesta: Positivo. La demanda después del Covid aumentó con nuevas necesidades (espacios más amplios y flexibles, terraza y zonas comunes, teletrabajo, etc). Además, actualmente también se valora las viviendas con ahorro energético y sostenibles. Los datos avalan estas sensaciones, con un aumento de las compraventas del 2,6% en la obra nueva, según el Colegio de Registradores; un incremento de los precios del 9,2% a octubre, según Tinsa; o la subida del número de compradores extranjeros, que ya representan el 15,92% del total y han crecido en un 1,26 puntos.
P: ¿Qué espera del año 2023 en cuanto a impacto de la ralentización y duración e intensidad de una posible crisis?
R: El aumento de la inflación general y el coste de las hipotecas ralentizarán la demanda, pero los compradores con ahorros tendrán oportunidades para escoger viviendas más amplias, luminosas y bien comunicadas. El sector inmobiliario sigue siendo un valor refugio contra la inflación.
P: ¿Con qué herramientas afronta su empresa este panorama de incertidumbre?
R: Diversificación en nuevas ubicaciones y nacionalidades. Tenemos 65 años de experiencia en el sector inmobiliario.
P: ¿Qué segmentos del inmobiliario pueden sufrir más y cuáles resistirán mejor?
R: El segmento de viviendas donde los clientes necesitan un porcentaje elevado de hipoteca. Por ejemplo, pueden sufrir más los de primera residencia y segunda mano, así como los jóvenes en general.
P: Posición de España respecto a otros países.
R: España sigue ofreciendo buenas opciones para trabajar en remoto, con buena conexión a internet, buen clima y coste inferior a otros países extranjeros.