Brainsre.news pulsa la opinión de los principales actores del sector inmobiliario en la encrucijada de un 2022 de récord y un 2023 marcado por la incertidumbre de una situación económica de ralentización, recesión en algunos países de Europa, subida de tipos, alta inflación y guerra en Ucrania. ¿Cómo afronta cada uno el momento? Manuel Balcells, director general de Inbisa, analiza 2022 y señala las previsiones de la firma para el año que empieza.
Pregunta: ¿Cómo calificaría este 2022 para el sector inmobiliario?
Respuesta: Consideramos que este 2022 ha sido un año positivo para el sector residencial de obra nueva, aunque con varios factores que nos obligan a estar alerta y ser flexibles. Hace unos meses nos estábamos enfrentando al problema de la subida de costes de construcción derivado de los problemas de abastecimiento que generaron la parada de actividad de la pandemia y, una vez que se puso otra vez la maquinaria en marcha, sufrimos una falta de suministro generalizada de determinados materiales. Ahora a eso, que todavía no se ha estabilizado, se añade la incertidumbre derivada de la mala situación económica y la crisis energética que ha generado la guerra de Ucrania, especialmente en España y en Europa, la subida del euríbor y del IPC.
Todo ello, parece que pueda llevarnos a una cierta ralentización de las ventas ya que las familias pueden retrasar la decisión de comprar de una vivienda debido a esta incertidumbre. Afortunadamente, creo que nuestro sector ha tenido la suficiente solidez y previsión para, a nivel general, haberse sobrepuesto a estas dificultades y, a pesar de un entorno con tanta incertidumbre, consolidarse como uno de los motores económicos más resilientes. De hecho, el resto de los sectores económicos que podrían constituir una alternativa a la inversión inmobiliaria han sufrido una mayor volatilidad y han registrado una rentabilidad incierta, razón por la que sigue existiendo una propensión natural a establecer al inmobiliario como un valor de refugio.
Para Inbisa, ha sido un año positivo. A pesar de la difícil coyuntura internacional que hemos comentado anteriormente, el gran trabajo desarrollado por nuestros profesionales nos ha permitido evitar retrasos en las obras, cumplir con todos los compromisos alcanzados con ellos y seguir a un buen ritmo con la comercialización de nuestras promociones. Ello nos hace mirar al futuro con optimismo.
Durante este año 2022 hemos incorporado nuevos suelos residenciales y logísticos a nuestra cartera. Además, hemos entregado las dos promociones que teníamos comprometidas en Madrid (Valdebebas y Sanchinarro) para un total de 235 viviendas.
P: ¿Qué espera del año 2023 en cuanto a impacto de la ralentización y duración e intensidad de una posible crisis?
R: Es complicado hacer pronósticos para el próximo año debido a la incertidumbre que existe. Es posible que durante los primeros meses pueda experimentarse un ligero ajuste en el mercado residencial de obra nueva, con una subida de precios más contenida. No obstante, nuestra apuesta principal seguirá siendo en este mercado ya que sigue existiendo una alta demanda latente en diferentes puntos del país y una oferta que no llega a cubrirla. Desde Inbisa creemos que 2023 será el año en el que se vayan disipando todas las dudas e incertidumbres abiertas en el actual contexto económico y geopolítico.
En este contexto, nuestro objetivo es seguir creciendo, buscando nuevas oportunidades de negocio que nos permitan añadir este año entre 500/600 viviendas nuevas a nuestra cartera actual, que supera las 1.000 en diferentes puntos de España, pero siempre de manera ordenada y sostenible. Además, tenemos previsto la entrega de tres promociones en Navarra y Palma de Mallorca, cumpliendo con los plazos acordados con nuestros clientes.
P: ¿Con qué herramientas afronta su empresa este panorama de incertidumbre?
R: Inbisa es una promotora que no se ve obligada a la necesidad de marcar unos objetivos de inversión anual de forma obligatoria. Nosotros no somos una compañía que dependa de un fondo, lo que nos permite una mayor agilidad en la toma de decisiones, seleccionar mucho mejor nuestras oportunidades de negocio y no estar sujetos a cifras de compra masiva de suelo. Nuestro objetivo es seguir creciendo, pero siempre de manera ordenada y sostenible.
Esta filosofía nos permite adaptar y flexibilizar nuestra forma de trabajo a los cambios de tendencias dentro de nuestro sector, además de disponer de un amplio margen de maniobra ante posibles incertidumbres y retos como los que hemos tenido que ir afrontando este año y así ser capaces de satisfacer a nuestros clientes sus necesidades y preferencias.
P: ¿Qué segmentos del inmobiliario pueden sufrir más y cuáles resistirán mejor?
R: Aunque es posible que el mercado residencial experimente una ligera ralentización progresiva del número de compraventas y una moderación de precios, consideramos que cuando las incertidumbres generadas por la guerra de Ucrania y las subidas de IPC se vayan disipando, como sigue existiendo un alta demanda latente, el sector residencial seguirá siendo el segmento más sólido, especialmente el mercado de obra nueva, que es por el que apostamos y en el que tenemos unas previsiones positivas de cara al 2023.
P: Posición de España respecto a otros países.
R: A pesar que todos los indicadores hacen presagiar una ralentización del mercado inmobiliario mundial, entendemos que nuestro país es de los que mejor perspectiva tiene de cara al 2023.
En España los precios de la vivienda no han experimentado en los últimos tiempos el alza que sí se ha visto en los países del norte de Europa, Canadá, EE UU o Australia. Además, el pronóstico estable del desempleo y las condiciones más estrictas para la concesión de hipotecas aplicadas desde la crisis inmobiliaria del 2008, entendemos que harán que España sea uno de los países que mejor resistirá la pronosticada crisis inmobiliaria que se espera para el año que viene a nivel global.
