Las perspectivas del sector inmobiliario en España para 2025 son muy positivas, ya que la dinámica actual define un crecimiento sólido y constante, impulsado por la demanda de vivienda de obra nueva, especialmente en las grandes ciudades y en las zonas costeras, acompañada de una tendencia a la baja de los tipos de interés.
Si bien se esperaba que 2024 fuera un año de recuperación para el sector, las expectativas se han cubierto con creces. Cabe destacar que el año ha cerrado con un incremento de precios de la vivienda del 7%, debido al importante desajuste entre la oferta y la demanda de obra nueva, lo que provoca este crecimiento del precio.
El sector está marcado por la elevada necesidad de vivienda de obra nueva de calidad, sobre todo en mercados con escasa oferta como Madrid, Barcelona y la Costa del Sol. La falta de suelo finalista en estas ubicaciones tan demandadas limita el desarrollo de nuevos proyectos, lo que repercute en el precio de la vivienda. A esta situación de falta de suelo, se le suman otros retos como la inflación, el coste de los materiales o la falta de mano de obra, que sin duda seguirán siendo condicionantes en 2025.
Para incrementar la oferta de vivienda y lograr un equilibrio en el mercado, es necesario que se lleven a cabo políticas urbanísticas eficientes, con colaboración público-privada para el desarrollo de suelos infrautilizados o propiedad de las administraciones, una mayor agilización de los trámites urbanísticos e innovar en los formatos habitacionales.
Por otra parte, se prevé que la mencionada estabilización de los tipos de interés y la alta demanda favorezcan el desarrollo y la compra de nuevos proyectos, en un mercado que evoluciona hacia fórmulas más flexibles como el coliving y el Build to Rent.
A nivel corporativo, se espera que el sector promotor continúe experimentando consolidaciones y ajustes accionariales en el próximo año. La búsqueda de economías de escala y la necesidad de optimizar recursos impulsan estas operaciones. Además, el contexto económico y los costes financieros podrían motivar alianzas estratégicas para afrontar proyectos de gran envergadura. Las empresas más sólidas financieramente liderarán el mercado, mientras que las de menor tamaño podrían buscar fusiones o socios estratégicos.
En este sentido, los fondos han funcionado como importantes fuentes de capital en el sector, pero ya llevan más de 7 años en España y su ciclo de inversión ha terminado, por lo que su salida ha provocado que las empresas que se han asociado con ellos estén en búsqueda de otras fuentes de capital.
Artículo de opinión firmado por Raúl Guerrero, CEO en Grupo Gestilar
