

Desde abril de 2022 y durante este año, la actualización de la Ley de Arrendamientos Urbanos limita la subida de los alquileres a un 2% con el fin de atenuar el impacto de la subida del IPC en los inquilinos. Frente a esta regulación, ¿cómo actuarán los propietarios? ¿Y los arrendatarios o las personas que busquen un alquiler?
Los topes en el alquiler benefician a los inquilinos que ya tienen uno vigente, pero perjudican a los que están buscando; asimismo, perjudican a los propietarios que tienen un contrato en vigor y benefician a los que tienen un inmueble vacío. Según José Román, responsable comercial del área de negocio de alquileres de la inmobiliaria Housfy, los propietarios «intentarán cubrirse poniendo el precio de salida lo más alto posible u ofreciendo contratos temporales para poder hacer una nueva entrada cada año a un precio actualizable».
En líneas generales, la ley ha tenido un efecto diferente al que pretendían sus impulsores, favoreciendo a los hogares con mayor poder adquisitivo. «Sin duda, no era el efecto deseado por los promotores de la ley», señala Román.
Por otro lado, el experto de Housfy dice que la demanda de compra de inmuebles bajará porque los compradores están teniendo dificultades para obtener financiación en buenas condiciones. Esto hace que «la gente que tenga necesidad de cambio de residencia opte mayoritariamente por un alquiler, con la idea de arrendar unos pocos años a la espera de que se normalice el precio de la financiación». Esta caída de la demanda de compra acelerará la demanda del alquiler, por lo que los precios seguirán subiendo.
José Román piensa que el comportamiento de ambas partes, compradores y vendedores, puede hacer que veamos una subida de precios del alquiler. «Por un lado, los compradores preferirán ahora alquilar, y por el otro, los propietarios con inmuebles en venta tardarán todavía algún tiempo en decidir arrendar al ver que no consiguen vender. Probablemente, la suma de estos dos factores hará que los precios repunten», explica.
Aunque el precio suba en su conjunto, sí es posible que en zonas concretas no se note del mismo modo. «Los precios nominales no bajarán, pero en las zonas con poca demanda, el efecto de la inflación sí que supondrá una bajada indirecta. En el resto de zonas, los propietarios repercutirán la subida general de precios al alquiler«, indica el experto.
Ante esta subida de precios, los inversores que ya posean inmuebles pueden obtener una mayor rentabilidad, pero los nuevos inversores podrían estar comprando caro por la financiación. Roman cree que «es viable invertir en vivienda, pero hay que ser muy cuidadoso en el precio de compra. Activos por encima del precio de mercado solo serán rentables si son muy céntricos o muy singulares».