Nuevo campus corporativo en la capital. EY presenta EY Campus, un espacio de más de 30.000 metros cuadrados que reconceptualiza el trabajo de la consultora en la oficina de Madrid, y se prevé en funcionamiento para finales de 2025. Convirtiéndose en el primer modelo líquido de real estate en el centro financiero de la capital.
A Torre Titania, propiedad de El Corte Inglés y sede corporativa de EY desde 2016, se sumarán 13.500 metros cuadrados en 11 plantas, del edificio de la anterior sede de Generali, situada en el número 2 de la Calle Orense, generándose un espacio peatonal que servirá a los profesionales como punto de encuentro. Así, la consultora sumará una superficie total de 33.500 metros cuadrados.
Actualmente, Orense 2, propiedad de Generali España y gestionado por Generali Real Estate, se encuentra en proceso de reforma por el estudio de arquitectura Estudio Lamela, autor también de la reforma del edificio de Orense 4.
El acuerdo de alquiler incluye cláusulas ‘green’ destinadas a optimizar el consumo energético, reducir las emisiones de CO2 y promover el uso de energía renovable.
En esta nueva forma de trabajar líquida, todos los profesionales de la firma podrán usar ambos edificios, rompiendo con la territorialidad convencional de un entorno de trabajo.
‘EY Revolution’
La creación de EY Campus, proyecto enmarcado en el plan estratégico de la firma, supone dar un paso más en la fidelización y la atracción del mejor talento: la multinacional estima seguir contratando más de 1.000 profesionales al año en los próximos tres ejercicios hasta superar los 5.000 empleados en la oficina de Madrid en FY27, ha comunicado.
Solo en el último ejercicio, en la Cúpula de Titania se han celebrado hasta 200 eventos en los que han participado más de 20.000 personas. El nuevo inmueble doblará la capacidad actual pudiendo llegar a acoger más de 40.000 personas anuales, y contará con espacio de esparcimiento y ocio donde sus profesionales podrán establecer relaciones más allá del entorno puramente profesional.
«Con EY Campus dejamos atrás el concepto de oficina, donde cada uno tenía un sitio asignado y fijo, para disfrutar de un entorno de aprendizaje y relacionamiento único como son los campus. El espíritu de esta transformación es ‘todos en todo'», explica Federico Linares, presidente de EY España y responsable de Talento de EY Europa.
El complejo será, además, una de las piezas fundamentales para llevar a cabo con éxito ‘EY Revolution‘, el nuevo plan estratégico de EY España para los próximos tres años. Nace con la ambición de convertir a la compañía en la Firma referente en el mercado de los servicios profesionales. Talento es uno de los cuatro pilares estratégicos del plan junto a Clientes y Sectores, Teaming & Integration y Smart Delivery, con la Sostenibilidad y la IA como palancas de activación.
El nuevo espacio seguirá siendo el lugar de encuentro con los clientes de la firma y la sociedad en general. Además de los existentes, se crearán nuevos espacios para hacer de EY Campus un sitio abierto a todos. A la plantilla de la marca, le permitirá trabajar en cuatro dimensiones organizativas según las inquietudes de los profesionales y las necesidades de la firma, cuyos equipos podrán trabajar juntos, bien por líneas de servicio (Auditoría, Fiscal y Legal, Consultoría o Estrategia y Transacciones) o sectores de actividad de sus clientes (Automoción, Telecomunicaciones, Servicios Financieros…).
«Nuestro crecimiento tiene que ser sostenible en el tiempo, responsable con nuestros profesionales y respetuoso con sus condiciones y entorno de trabajo. Por ello, reconceptualizar y transformar nuestra sede en Madrid por EY Campus, es una apuesta decidida por la flexibilidad, la conexión y la colaboración entre equipos mejorando la experiencia de empleado y la evolución de nuestro modelo de liderazgo», José Luis Risco, COO y socio responsable de Talento de EY España.
El proyecto se ha fijado los más altos estándares internacionales de calidad y sostenibilidad con el fin de obtener la certificación LEED y gracias a la reforma reducir las emisiones de CO2 para cumplir con los objetivos de descarbonización. De hecho, permite un ahorro energético superior al 30% en comparación con edificios convencionales, además de una reducción del 40% en el consumo de agua.