El mercado inmobiliario en España cerrará 2024 con un balance positivo, marcado por una mejora en las previsiones gracias a las decisiones adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) y al inicio de un nuevo ciclo económico. La moderación de los tipos de interés ha permitido dinamizar las transacciones y mejorar las condiciones hipotecarias, factores que anticipan un 2025 con retos importantes en términos de accesibilidad y equilibrio entre oferta y demanda.
Segundo mejor año en compraventas desde 2007
En 2024 se habrán registrado cerca de 620.000 operaciones de compraventa, consolidándose como el segundo mejor ejercicio de los últimos 15 años. Este crecimiento, impulsado por la estabilización del Euríbor y un mercado laboral robusto, seguirá siendo protagonista en 2025. Las expectativas apuntan a un aumento ligero en las transacciones mensuales, sostenidas por el ahorro acumulado en los hogares y un acceso más atractivo a la financiación.
Sin embargo, la insuficiencia de oferta será uno de los principales obstáculos para los compradores, generando una competencia intensa por los inmuebles disponibles. Esto se traducirá en un rápido cierre de operaciones y en el aplazamiento de decisiones de compra por parte de algunos compradores ante la dificultad de encontrar viviendas que cumplan sus expectativas.
Evolución del mercado hipotecario
El descenso de los tipos de interés, que pasarán de un 4% a comienzos de 2024 a niveles cercanos al 3% a finales de año, ha sido clave para reactivar las firmas hipotecarias. Se espera que 2024 cierre con unas 420.000 hipotecas concedidas, marcando uno de los mejores años desde 2010.
De cara a 2025, la recuperación de las ofertas de tipo fijo y la competitividad en los productos mixtos podrían atraer a un 30% de los compradores que estaban a la espera de condiciones más favorables. El acceso a financiación asequible será determinante para el regreso de jóvenes al mercado y para consolidar el protagonismo de perfiles solventes, como inversores y compradores internacionales.
Incremento de precios y desequilibrio entre oferta y demanda
El encarecimiento de la vivienda ha sido una constante en 2024, con un aumento estimado del 9% en los precios y un coste medio superior a los 2.380 euros por metro cuadrado.
Actualmente, el mercado inmobiliario enfrenta un nivel de tensión muy alto, resultado de la creciente demanda y la limitada oferta disponible. Este aumento de la demanda está siendo impulsado por factores como el crecimiento de la población, con un notable incremento en los flujos migratorios, el interés cada vez mayor de los inversores, el peso creciente del turismo residencial en la compra de viviendas y la tendencia hacia la formación de más hogares unipersonales. En este contexto, la creación de nuevos hogares, estimada en aproximadamente 300.000 anuales, supera en un 40% la producción de viviendas, que se sitúa en torno a las 100.000 unidades. Esta discrepancia seguirá ejerciendo presión sobre los precios, los cuales se prevé que mantendrán un crecimiento significativo del 7% durante 2025.
Alquiler en máximos históricos
El mercado del alquiler atraviesa una de sus fases más críticas, con precios récord que podrían superar los 13 euros por metro cuadrado y un incremento previsto del 7% en 2025. La falta de oferta, acentuada por la migración de viviendas al mercado turístico o de alquiler temporal, ha reducido el stock disponible al mínimo, dificultando aún más la accesibilidad para los inquilinos con rentas más bajas.
Expectativas para 2025
A pesar de las presiones actuales, el mercado inmobiliario no evidencia signos de una burbuja, ya que el sector bancario se ha adaptado de manera cautelosa a las nuevas políticas económicas. No obstante, la disminución de los tipos de interés y el progresivo descenso del Euríbor están impulsando una demanda que se mantiene sólida y estable. Esta dinámica, combinada con una oferta cada vez más limitada, seguirá alimentando el incremento de los precios, complicando aún más el acceso a la vivienda, uno de los principales desafíos sociales en la actualidad.
Este esfuerzo económico podría desalentar a algunos compradores, quienes podrían considerar que la reducción de los tipos de interés no es suficiente para contrarrestar el rápido aumento de los precios residenciales. Sin embargo, las perspectivas para 2025 son positivas, aunque dependerán en gran medida de la capacidad para abordar los problemas estructurales relacionados con la falta de oferta y la accesibilidad a la vivienda.
