El mercado inmobiliario español vuelve a captar la atención de grandes fondos y operadores internacionales. Madrid, uno de los principales polos de inversión en vivienda en Europa, se prepara para una de las operaciones más relevantes de los últimos años, como recoge Expansión. La venta de una gran cartera residencial marca un nuevo capítulo en la estrategia de los grandes propietarios institucionales.
La reactivación de estas operaciones responde a un escenario de alta demanda de vivienda en alquiler. A pesar de un contexto económico incierto, el interés por este tipo de activos se mantiene sólido. Para muchos inversores, la vivienda en zonas metropolitanas continúa siendo un valor seguro y estable.
Una cartera con más de 5.300 viviendas en juego
Blackstone, a través de su Socimi Fidere, ha puesto en marcha el proceso de venta de su cartera residencial en la Comunidad de Madrid. Los potenciales compradores ya han comenzado a recibir el ‘teaser’, un documento que resume los activos incluidos y su evolución operativa. La primera ronda de ofertas está prevista para mediados de noviembre, aunque el cierre de la operación no llegaría hasta bien entrado 2026, señala dicho medio.
La cartera está compuesta por 47 edificios residenciales con cerca de 5.300 viviendas repartidas por la zona metropolitana de Madrid. Además, se incluye un edificio en Guadalajara con unos 50 pisos. Entre los activos también figuran 18 edificios —equivalentes a unas 1.800 unidades— que Fidere adquirió a la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) en 2013.
La operación contará con el asesoramiento de JLL y Eastdil, dos firmas de referencia en el mercado inmobiliario. La plataforma Testa Homes gestiona actualmente la cartera, que presenta un alto nivel de estabilidad y una ocupación del 98 %.
Un portfolio con gran atractivo para inversores
Uno de los elementos más llamativos de esta operación es la libertad de la mayoría de los activos. Del total, el 96% de las viviendas no está sujeto a ningún régimen de protección. Solo tres edificios tienen algún tipo de regulación, con vencimientos en 2027, 2029 y 2038.
Esta característica, unida a su ubicación en zonas metropolitanas y a su alta ocupación, convierte a la cartera en un producto especialmente atractivo. Los analistas estiman una valoración inicial de unos 1.200 millones de euros.
El calendario del proceso está claramente definido. Primero se recibirán las ofertas preliminares, y después se analizarán las propuestas más firmes. Si se alcanzan cifras atractivas, la venta se completará a lo largo de 2026.
Con esta operación, Blackstone da un paso significativo en la rotación de su cartera en España. Al mismo tiempo, refuerza el papel de Madrid como uno de los mercados más dinámicos y líquidos del sector residencial europeo.
