El mercado del alquiler residencial pasa por un momento de incertidumbre tras un 2023 marcado por la primera Ley de Vivienda y por la situación de desequilibrio a causa de la limitada oferta.
Esta combinación de factores legislativos y de mercado, están transformando el panorama inmobiliario español, y ha forzado que los propietarios sigan buscando nuevas fórmulas para atender la alta demanda: Desde el ya consolidado BTR a los proyectos de ‘flex-living’ que siguen despertando interés, pasando por la adquisición de carteras granulares destinadas al alquiler de larga estancia.
Independientemente de la fórmula escogida, la gestión de estos inmuebles supone un reto para los propietarios. Desde el momento de la adquisición, poder reducir el tiempo de comercialización y ofrecer al inquilino inmuebles con un alto atractivo estético y en perfectas condiciones hasta el posterior mantenimiento de la vivienda, de los servicios comunes y la atención a las incidencias, exige contar con un equipo experto que ofrezca una visión 360º del negocio.
Esta gestión profesional de la propiedad facilitará la consecución de tres objetivos fundamentales para los distintos modelos de alquiler no tradicional:
- Aumentar en el tiempo el valor del propio inmueble.
- Optimizar costes de mantenimiento, de actuaciones puntuales, gastos generales, impuestos y seguros.
- Maximizar los ingresos totales.
Esto se traduce en mantenimiento, servicios y utilidades constantes para propietarios y residentes.
Por ejemplo, siendo prioritario agilizar y garantizar un correcto inicio de la comercialización de los inmuebles, la entrada de un inmueble en cartera generalmente requiere un análisis inicial acompañado de un check-list de posibles repasos, su valoración económica y la reparación de los mismos.
Esta fase se solapa con la contratación de los suministros, la gestión de llaves o accesos y la incorporación del personal que gestionará las instalaciones así como el cierre de los contratos de mantenimiento sobre las distintas instalaciones existentes.
A su vez, la empresa gestora del inmueble es consciente de las necesidades de quienes van a residir en sus viviendas. Con estos nuevos modelos de alquiler no tradicionales, el inquilino busca tener a su disposición la mejor atención y mayores servicios. Para ello, el equipo de gestión 360º podrá ofrecer un servicio de atención a incidencias 24/7 así como la posibilidad de otros servicios adicionales.
Todo esto, irá siempre acompañado de otra serie de servicios técnicos dirigidos a la propiedad como por ejemplo informes periódicos del estado de las promociones, certificaciones, rotación de alquileres, seguridad y custodia de llaves.
Una empresa del perfil de Grupo Avanza se posiciona como un aliado indiscutible en la apuesta por este mercado, aportando servicios específicos y adaptados a las particularidades de cada cartera.
Su estructura de servicios está pensada para garantizar la máxima especialización y eficacia de cada proceso, así como para ofrecer un servicio integral que permita satisfacer cualquier necesidad de externalización que los clientes precisen.
Su foco constante en el conocimiento del sector les permite ofrecer un asesoramiento a medida de cada cartera.
Los nuevos modelos de alquiler suponen una doble solución a las necesidades del sector inmobiliario. Por un lado, ofrecen una nueva fórmula para promotoras, consultoras e inversores y, por el otro, una solución habitacional para la demanda de vivienda en alquiler.
Por ello, la gestión profesional de la propiedad se ha convertido en la piedra angular del enfoque de los proyectos inmobiliarios.
