Steelcase es una multinacional americana con más de un siglo de historia a sus espaldas, pero en España decidió dar un paso más en lo que puede ofrecer. De momento, los resultados le acompañan. Alejandro Pociña, que preside la empresa en nuestro país desde el año 2001, esgrime la evolución reciente de la firma cuando se le pregunta sobre los riesgos asumidos en esta entrevista. En un entorno de incertidumbre global, el segmento de oficinas salía de su crisis particular tras la pandemia de la Covid a principios de año para encontrarse de nuevo sumida en un nuevo entorno de turbulencias.
Termina un año 2022 que empezó muy fuerte y ahora se frena. ¿Se ha ‘contagiado’ el sector de oficinas del buen año general del sector inmobiliario? ¿Cómo ha evolucionado entre 2021 y 2022 tras el golpe que supuso la pandemia?
En nuestro caso en particular, este año la rama dedicada a la transformación de espacios ha registrado un aumento exponencial con respecto al año anterior, debido principalmente a los nuevos modelos de trabajo instaurados en las empresas con la llegada del teletrabajo y el formato híbrido.
Por otro lado, hemos notado un descenso en el número de pedidos de mobiliario. Sin embargo, este tipo solo supone un 20% del total de nuestros ingresos, por lo que a resultados generales se refiere, el balance del año es absolutamente positivo.
¿Con qué previsiones para el año 2023 trabajan teniendo en cuenta la incertidumbre general que existe ahora sobre la economía?
Nuestra sociedad atraviesa un momento complicado con el repunte de precios y la crisis energética. Las previsiones dicen que esta situación se mantendrá a medio plazo, por lo que seguiremos optimizando nuestros procesos para mejorar en productividad y así compensar en la medida de lo posible estos incrementos de precio en materias primas, logística y energía.
Nuestro principal objetivo es mantener el ritmo de crecimiento de dos dígitos que tenemos actualmente. Además, pensamos que, acompañado del nuevo enfoque de negocio que tenemos, será muy razonable lograrlo.
¿Se ha agotado el modelo tradicional de oficina y, en particular en las grandes ciudades y en los CBD?
Desde la pandemia, hemos podido observar cómo la mayoría de las empresas se han asentado en un modelo híbrido, combinando generalmente 3 días de presencialidad con 2 días de teletrabajo, en la mayoría de los casos.
Tanto en España como en el resto de los países, la mayoría de las empresas están aún terminado de perfilar cuál va a ser su estrategia de trabajo híbrido a largo plazo y las consecuencias que tendrá en su estrategia de Workplace y Real Estate.
Según la última investigación global realizada por Steelcase a 5.000 trabajadores de 11 países, se espera que el 71% de las compañías adopten un modelo híbrido, y eso provoca que haya espacio infrautilizado en las oficinas que aún no han sido adaptadas a dicho modelo.
Además, nuestra investigación ha contrastado que a pesar del asentamiento del modelo hibrido, el 87% de las personas van a pasar tiempo cada semana en la oficina, a la vez que van a trabajar de manera diferente a como lo hacían antes de la pandemia. Lo que más le importa los empleados ha cambiado, y la forma en que se realiza el trabajo también. Todo esto hace que sea inminente una transformación del entorno de trabajo para dar soporte a estas nuevas necesidades y formas de trabajar.
¿Cuáles son las causas de este posible agotamiento? pandemia, teletrabajo, antigüedad de la oferta en los centros urbanos, nuevos usos…
Las nuevas modalidades de trabajo instauradas han sido muy bien recibidas, en líneas generales por los empleados como consecuencia de los últimos acontecimientos vividos. Al fin y al cabo, la pandemia ha sido un catalizador de la evolución de las formas de trabajar y la digitalización de las compañías. Con las posibilidades tecnológicas que tenemos actualmente es lógico que tanto empresas como empleados sean favorables a la implantación y continuidad de los modelos híbridos.
La flexibilidad y bienestar laboral que han otorgado estos modelos es la clave del cambio de mentalidad de los empleados.
Según el Estudio Global de Steelcase, las personas a las que les gusta trabajar desde la oficina están un 30% más conectadas con la cultura de la compañía y tienen un 20% menos de probabilidad de marcharse. Sin embargo, existen más trabajadores que afirman preferir trabajar desde casa antes que desde la oficina, en el caso de España, la cifra alcanza el 42% (un 32% sí prefiere acudir a la oficina y un 25% no tiene ninguna preferencia).
Por eso, las organizaciones deben crear espacios donde las personas quieran estar realmente. Espacios hasta los que merezca la pena desplazarse. Ahora mismo lo más valorado por las personas en la oficina a nivel global son los espacios de colaboración híbrida, los enclaves unipersonales para reuniones híbridas o la privacidad.
Al menos en grandes operaciones, Barcelona ha protagonizado este año 2022. ¿Está sustituyendo a Madrid?
Es cierto que Barcelona está siendo últimamente el principal motor en el mercado de oficinas. Sin ir más lejos, el año pasado concentró «el 59% de la inversión de este segmento por el 34% de la capital». Sin embargo, no creemos que vaya a relevar a Madrid, ya que atribuimos estos datos a grandes operaciones puntuales que actualmente se están dando en la Ciudad Condal, como la adquisición que ha realizado recientemente el fondo alemán KanAm de cinco edificios de oficinas a Axa.
¿Qué papel están jugando otras grandes ciudades (Sevilla, Málaga, Valencia…)?
Si bien observamos una tendencia hacia una descentralización de la demanda de oficinas, Madrid y Barcelona siguen siendo los destinos favoritos para la ubicación de las sedes corporativas.
El caso de Málaga es muy llamativo, en comparación con la evolución del mercado de oficinas en otras grandes ciudades. La provincia malagueña es la más activa de toda la comunidad andaluza, que cuenta con el interés de multinacionales extranjeras, en especial empresas que pertenecen al sector tecnológico y empresas nacionales de primer nivel.
De hecho, al ser Málaga la provincia andaluza con mayor crecimiento de nuevas empresas, se está empezando a poner de manifiesto que el parque inmobiliario malagueño es insuficiente, ya que cuenta con apenas «medio millón de metros cuadrados y una ocupación del 95%. Si comparamos esta superficie con otras ciudades como, Sevilla (con 1,3 Millones m²), Zaragoza (1,08 Millones m²) o Valencia (728 mil m²)», podemos afirmar que la provincia malagueña precisa de una ampliación de nuevos proyectos, ya que actualmente cuenta con un mercado inmobiliario obsoleto, con pocos edificios en construcción y rehabilitaciones.
Empiezan a producirse en Madrid algunas transformaciones de oficinas a otro tipo de uso (residenciales y para alquiler). Es decir, si en su día muchas viviendas se transformaron en oficinas en zonas del centro, ahora se da el camino inverso. ¿Puede ser una salida?
Estamos en un momento de transición, en el que las empresas están aprovechando para modernizar y optimizar sus oficinas con el asentamiento del modelo híbrido, que ha traído consigo nuevas necesidades de las personas y las compañías.
Para el tejido empresarial español y europeo, es de vital importancia contar con espacios especializados, donde se concentren empresas de tipología similares y se facilite la colaboración y la sinergia entre las mismas. Muestra de ello es el gran interés que tanto grandes universidades como empresas están poniendo en Madrid Nuevo Norte (MNN). De hecho, MNN supone el mayor proyecto de transformación urbana de toda Europa y esto ayudará a mejorar la posición en el mercado inmobiliario de Madrid. MNN supone un concepto nuevo que atiende a las demandas sociales actuales y, sin duda, este proyecto marcará un antes y un después respecto a las capacidades que genera el mercado de oficinas de Madrid. Estas capacidades ayudarán a atraer talento e inversión y generar empleo y nuevas oportunidades.
Desde el residencial al inmobiliario, la eficiencia energética y la sostenibilidad son valores que se dan por hecho en la oferta. ¿Cómo afronta este reto el sector de las oficinas?
Tan importantes como los productos, los servicios y las operaciones son para las prácticas sostenibles, los edificios son también un factor crucial para considerar, ya que ejercen un enorme impacto en el consumo de materiales, uso de energía y producción de residuos.
Actualmente, en el sector estamos trabajando para ayudar a nuestros clientes a obtener certificaciones y sellos de sostenibilidad que acrediten la eficiencia de sus espacios de trabajo.
En España, actualmente existen principalmente cinco sistemas de certificación reconocidos y utilizados internacionalmente. Hasta la fecha, estos procedimientos son de carácter voluntario auditados por entidades privadas e independientes. Estas normas analizan el impacto medioambiental de la construcción y operación de un edificio, pero también los aspectos económicos y de salud y bienestar. En mayor o menor medida, todas las metodologías pretenden además integrar los conceptos de Economía Circular y alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).