La semana pasada tuvo lugar uno de los eventos más importantes y relevantes dentro del sector logístico en España: la feria líder de logística, transporte, intralogística y cadenas de suministro del Sur de Europa, SIL, en Barcelona. No es casual la elección de esta ciudad para celebrar un evento como este. Barcelona ha sido uno de los puertos y puntos de conexión con Europa más importantes a lo largo de varios siglos. Este año, la feria ha celebrado 25 años de vida -que han dado para mucho- a través de la cual hemos podido observar la magnífica evolución de un sector que se ha vuelto un motor económico del PIB español.
He asistido al evento este año como muchos otros compañeros del sector, con emoción por los avances conseguidos y el desarrollo tecnológico que estamos experimentando. El sector logístico en España se encuentra en un momento de grandes oportunidades y desafíos, impulsado por una creciente demanda de espacios logísticos, un récord de contratación y la incorporación de nuevos inmuebles logísticos de última generación al mercado. Podemos decir que es un momento dulce para el sector, aunque no sin algunos frentes por despejar.
Me gustaría comenzar por lo positivo. Lo más destacable es que existen varias razones por las cuales España se sitúa en los primeros puestos del ‘ranking’ de las inversiones en logística en Europa. Hemos observado recientemente varias operaciones y la llegada de nuevos jugadores que avivan el mercado e impulsan la competencia, dinamizando nuestro sector y haciendo de España un polo atractivo para la inversión.
Las razones del éxito del mercado español en esta industria son múltiples, pero destacaría los siguientes: en primer lugar, la obsolescencia del parque logístico actual. Ello representa una gran oportunidad para impulsar nuevos desarrollos que cumplan con las exigencias de inversores y clientes en términos de modernidad, innovación y sostenibilidad.
En segundo lugar, el crecimiento del comercio electrónico ha sido un factor determinante en el desarrollo del sector logístico y ha supuesto tanto un reto como una oportunidad para adaptarse a las nuevas formas de consumo generadas por esta modalidad de comercio. Como consecuencia, han surgido tendencias importantes que impulsan al sector, como la aparición de centros logísticos estratégicamente ubicados en áreas urbanas para satisfacer la demanda de entregas rápidas, conocidos como «última milla«. Además, estos centros logísticos muchas veces dependen de naves en primera o segunda corona de las ciudades, que les dan servicio.
En tercer lugar, la automatización de las naves, mediante el uso de tecnologías avanzadas como robots, drones, máquinas que permiten llevar a cabo operaciones como la recepción de mercancías, el almacenaje, la preparación de pedidos o las expediciones con agilidad y seguridad, siendo necesario grandes inversiones por parte de los inquilinos.
Por último, pero para nosotros puede que sea de hecho lo más importante, la sostenibilidad en los procesos de construcción y operación de las naves se ha convertido en ventaja competitiva en el sector logístico. La inclusión de criterios de sostenibilidad en toda la cadena de valor cada vez cobra más relevancia, desde los materiales que se usan para su construcción, la posibilidad de compensar la emisión de CO2 o la instalación de paneles fotovoltaicos en las cubiertas, entre otros, permite al sector contribuir a la transición hacia una economía descarbonizada y un mundo más sostenible, apoyando al mundo en la consecución de los ODS.
Sin embargo, junto a estas oportunidades, el sector logístico en España también se enfrenta a importantes retos, para los que el mismo espera con ganas aportaciones y soluciones innovadoras por parte de la industria y de la administración. La escasez de suelo logístico representa un desafío significativo para satisfacer la creciente demanda de espacios logísticos modernos, incrementado por el e-commerce.
La constante innovación y nueva tecnología también plantean el desafío a los actores del sector de adaptarse continuamente e incorporar estos avances en el desarrollo para continuar siendo competitivos en el mercado. Otro de los retos a los que se enfrenta el sector es la subida de las rentas sobre todo en zonas consolidadas donde la demanda es alta y no hay disponibilidad de suelo para desarrollar. Esta tendencia es generalizada en Barcelona, pero también en Madrid.
En definitiva, el sector logístico en España se encuentra sin duda en una posición favorable, con sólidos fundamentos y oportunidades de crecimiento. No obstante, también se enfrenta a retos importantes a los que tendrá que hacer frente con soluciones creativas e innovadoras, siendo fundamental la colaboración pública y privada. Para aprovechar al máximo las oportunidades y superar los desafíos, es crucial que el sector apueste por la innovación, la tecnología y la sostenibilidad, y que se fomente el desarrollo de infraestructuras y empleo en el país para que podamos continuar esta senda de crecimiento.
Artículo de opinión escrito por Alejandro Vega-Penichet, Senior Commercial Manager Logistics de Green Logistics by Aquila Group