
Brainsre.news pulsa la opinión de los principales actores del sector inmobiliario en la encrucijada de un 2022 de récord y un 2023 marcado por la incertidumbre de una situación económica de ralentización, recesión en algunos países de Europa, subida de tipos, alta inflación y guerra en Ucrania. ¿Cómo afronta cada uno el momento? Sandra Daza, directora general de Gesvalt, hace balance del ejercicio que se acaba y apunta a lo que puede ocurrir durante el próximo.
Pregunta: ¿Cómo calificaría este 2022 para el sector inmobiliario?
Respuesta: El año 2022 ha sido muy positivo para el sector inmobiliario. A pesar de unos últimos meses en los que comienza a atisbarse cierta ralentización en la inversión en prácticamente todos los sectores, debido a una potencial previsión de recesión, que se suma a la inflación existente y a los altos costes de construcción. Sin embargo, venimos de unos primeros nueve meses de récord, con incrementos en la cifra de inversión en todos los segmentos y con un incremento del atractivo del inmobiliario español en los mercados europeos y globales.
P: ¿Qué espera del año 2023 en cuanto a impacto de la ralentización y duración e intensidad de una posible crisis?
R: Esperamos que se produzca una ralentización de la actividad como efecto contagio de la situación general que vive la actividad económica global. Estamos viviendo un contexto de subida de tipos de interés de forma constante por parte del BCE, lo que dificultará el acceso a financiación y exigirá unas rentabilidades más altas a todas las operaciones y que podría llevar un cierto retroceso del precio de los activos, tanto residenciales como no residenciales. Por el momento, la incertidumbre está llevando a los inversores a adoptar una posición de wait and see.
A pesar de todo, no creemos que el sector vaya a dejar de estar en un momento positivo, puesto que actualmente ostenta una posición de valor refugio para obtener rentabilidad frente a las pocas opciones que ofrecen algo de seguridad en un mercado imprevisible, especialmente debido a la amplia liquidez que sigue habiendo en el mercado. En gran medida, esta posición tan ventajosa se ha logrado gracias a las sólidas bases sobre las que se ha constituido la actividad de este nuevo ciclo, con unos actores mucho más consolidados y saneados desde el punto de vista financiero y que están aplicando unos planes de negocio realistas y precavidos.
P: ¿Con qué herramientas afronta su empresa este panorama de incertidumbre?
R: En Gesvalt afrontamos este escenario de incertidumbre manteniendo nuestra filosofía de estar muy cerca de nuestros clientes para ser capaces de ofrecerles un servicio que maximice la eficiencia en la resolución de sus necesidades actuales. Para ello, hemos apostado y seguimos apostado estos años por la innovación y la tecnología y servicios transversales.
De igual forma, en los últimos años hemos incrementado de forma significativa nuestra oferta de servicios relacionados con la sostenibilidad. Creemos que esta tendencia es imparable y cada vez más necesaria en las empresas, algo que no va a cambiar a pesar de que pueda existir un entorno de incertidumbre. En este sentido, hemos creado una línea de negocio, liderada por Diego Vilaró, con la que damos apoyo específico a nuestros clientes en las iniciativas que tomen para fomentar la transición energética y la sostenibilidad de sus actividades.
Para ello, además, contamos con dos líneas de asesoría en materia de sostenibilidad especializadas en dos ámbitos diferentes. La primera está centrada en el sector inmobiliario, destinada a ayudar a obtener las distintas certificaciones energéticas para los edificios, la gestión de subvenciones NextGen para rehabilitación, el asesoramiento en el Benchmark GRESB, o la realización de Due Diligence Medioambiental. Por otra parte, en nuestra área de Corporate Advisory, acompañamos a nuestros clientes de forma integral en los procesos de certificación y ratings ESG, realizando auditorías de sostenibilidad e Informes EINF, verificando memorias de sostenibilidad GRI y ayudándoles en la obtención de financiación verde
P: ¿Qué segmentos del inmobiliario pueden sufrir más y cuáles resistirán mejor?
R: Creemos que el sector residencial será uno de los que resistirá con bastantes garantías este entorno incierto. Además, estamos observando varias tendencias que serán claves en el sector y serán predominantes en el interés inversor. Independientemente del contexto, creemos que los segmentos que presentarán un mayor crecimiento serán los activos destinados al Build to Rent, los Data Centers y los activos del sector socio sanitario.
En el lado contrario, creemos que el sector hotelero, el retail y el hostelero pueden ser los que más sufran la incertidumbre del sector y un potencial incremento del paro y empobrecimiento de la población, puesto que esto afectará directamente al consumo y podría rebajar la rentabilidad que ofrezcan estos activos.
P: Posición de España respecto a otros países.
R: El mercado inmobiliario español ha sido, durante prácticamente la última década, una actividad económica que ha atraído la gran mayoría de la atención de los inversores. Se ha renovado por completo y ha mostrado una gran capacidad de crecimiento. Sin embargo, a diferencia de otros mercados, la oferta existente, especialmente en lo referente al ámbito residencial, sigue siendo muy limitada, frente a una demanda, tanto particular como institucional, que no ha dejado de crecer, impulsando todos los precios al alza. Este desequilibrio, mucho mayor que en otros mercados europeos, puede ser un hándicap para el crecimiento, pero al mismo tiempo, en tiempos de incertidumbre, ante una previsible caída de la demanda, nos ofrece una mayor estabilidad.