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¿Qué lugar ocupa la salud en el sector inmobiliario? – Ricard Santamaría (Haus Healthy Buildings)

El director de Haus reflexiona sobre qué lugar ocupa la salud en la selección de un activo inmobiliario, y señala las ideas clave de esta perspectiva.

¿Qué lugar ocupa la salud en el sector inmobiliario? - Ricard Santamaría (Haus)

La salud, en el centro. Aunque a día de hoy el binomio salud-edificación «no forma parte del denominador común de la toma de decisiones», Ricard Santamaría, socio y director de Haus Healthy Buildings, explica que sí que ha ido ganando terreno en los últimos cinco años, especialmente, en aspectos como la calidad del aire interior, el confort acústico y térmico y la iluminación.

Santamaría aboga por una mayor implicación de la Administración pública, solicitando regulaciones más audaces y la inclusión de la salud en los planes de estudio de campos como la arquitectura e ingeniería. Además, el directivo destaca la necesidad de superar el debate sobre los costes -no tan elevados como solemos pensar-, justificando esta inversión en espacios saludables en los beneficios a largo plazo en la que se traduce en realidad.

Según la experiencia del directivo, esta perspectiva centrada en la salud tiene más relevancia en el mundo anglosajón, y en el centro y el norte de Europa. «Estos tres ámbitos geográficos, cada vez más, tienen más en cuenta en qué no quieren invertir», así que en la toma de decisión es importante que la inversión se alinee a este tipo de criterios, insiste Ricard.

La salud, un enfoque cada vez más habitual

Un factor determinante en este aumento de protagonismo se debe a las distintas certificaciones vinculadas al real estate, «muchas de las cuales recogen algunos aspectos que atienden a la salud». El auge de esta popularidad ha provocado que despierte la curiosidad en ámbitos como la arquitectura, la ingeniería, la promoción inmobiliaria, y en último lugar el usuario.

También las memorias ESG por parte del ámbito empresarial ha influido en este proceso. A nivel target, Santamaría destacaría, por una parte, los inversores o vehículos de inversión que cuelgan de fondos o entidades financieras que han de reportar a propietarios o accionistas, y por otra, arquitectos y promotores que dentro de su propuesta incorporan un capítulo dedicado a la salud y el bienestar. En algunos casos, incluso ven en este enfoque «ven una estrategia de diferenciación«.

Elementos que componen el binomio salud-espacios

Santamaría define la «salud» en la edificación como un estado de bienestar que va más allá de la ausencia de enfermedad, incluyendo aspectos como la ergonomía, la sociabilidad y la conexión con el medio ambiente. Subraya la necesidad de un enfoque multifactorial y prudente, reconociendo que la toxicidad acumulada en los espacios construidos puede tener efectos negativos a largo plazo.

La empresa, «en aprendizaje continuo», trata de asegurarse de que los nutrientes -aire y agua- estén libres de toxicidad -micropartículas y microplásticos, respectivamente- y sean lo más regenerativos posible. Por otra parte, el confort ambiental se subdividiría en confort térmico, confort lumínico o visual, y confort acústico. Además, habría que añadir la ergonomía, la adaptabilidad, la movilidad, la sociabilidad y, quizá la más habitual, el impacto medioambiental.

Se trata de evitar que el espacio, en ninguno de estos vectores, afecte negativamente. La ambición es, de hecho, la contraria: conseguir que impacten de manera positiva en las personas que habitan estos espacios. «Si podemos tener una luz de la temperatura o la longitud de onda adecuada, sin que haga parpadeo, y que nuestra vista se canse menos, ¿por qué tener una luz pobre? No vamos a enfermar, pero vamos a rendir menos, a descansar peor», ejemplifica el directivo.

Aunque recomienda mantenerse «lejos de la hipocondría y la obsesión», el directivo aboga por la toma de consciencia. En definitiva, «tenerlo en cuenta para que los espacios en los que vivimos, trabajamos, estudiamos, descansamos, sean procuradores y bienestar».

La trazabilidad y la toma de consciencia: retos para la «construcción saludable»

En el caso del covid, retomando el ejemplo, la trazabilidad causa-efecto era trazable y verificable. Sin embargo, siendo un tema tan multifactorial, al abordar el tema, la estrategia de Haus opta por la rigurosidad. «No siempre la trazabilidad de estos factores es posible», y tampoco siempre las muestras de población sobre las que se realizan estos estudios son lo suficientemente grandes o se han hecho de una manera sostenida en el tiempo, así que no resulta sencillo sacar conclusiones que no alberguen o no escondan posibilidad de error». Por eso, la marca aplica «un criterio de prudencia».

Ante la posibilidad de que el agua no contenga microplásticos o el aire no contenga micropartículas, «¿por qué no limpiar?». Según Santamaría, la salubridad es un tema clave que debería incorporarse en la propia etapa del diseño arquitectónico, ya que «es la toxicidad agregada la que poco a poco puede acabar derivando en determinado tipo de patologías».

A pesar de las evidencias y los indicios que vinculan la salud y el espacio construido, «no acabamos de tomar las medidas correctoras necesarias». Es esta lentitud en el proceso la que provoca que «la actuación por parte de los actores implicados y la Administración no sea todo lo audaz, comprometida, valiente o inmediata que debería». Al fin y al cabo, «estamos hablando de salud, no es un tema menor», insiste Santamaría. El enfoque tiene sentido, teniendo en cuenta que pasamos cerca del 90% del tiempo en espacios construidos.

Modelo de negocio y tipología de proyectos de Haus Healthy Buildings

La compañía, fundada en 2017, lleva a cabo servicios de asesoría y consultoría dirigidos a despachos de arquitectura, promotores, inversores y empresas que buscan optimizar las condiciones ambientales, pensando siempre en la salud y el bienestar que habitan los espacios construidos.

Aunque la metodología de la marca es aplicable a cualquier segmento inmobiliario, el área más habitual en la actividad de la compañía sería el residencial, a nivel número de proyectos, y oficinas, a nivel metros cuadrados.

La infancia, recuerda el directivo, es la etapa vital más vulnerable ante todas estas, así que el reto de Santamaría es aumentar el número de proyectos en el sector educativo. Al ser muchos los factores que inciden en la capacidad de concentración, alerta y descanso, «observaríamos, con total certeza, una mejora en los resultados y el comportamiento académico y humano de los niños».

Siquiera se trata de un enfoque nuevo. Pese al reciente aumento de esta preocupación por parte tanto del sector como del usuario final, Santamaría recuerda que el término «síndrome del edificio enfermo» apareció hace ya un par de décadas en el imaginario interesado. De cara a futuro, no tiene duda: la apuesta por espacios más saludables seguirá creciendo.

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