La restauración de edificios históricos es una inversión compleja que requiere una comprensión profunda del contexto del mercado inmobiliario y una apreciación por el patrimonio cultural. A pesar de los riesgos y costes elevados, la revalorización resultante y el valor emocional que estos proyectos de reforma aportan pueden hacer que la inversión valga la pena para aquellos con los recursos y la visión para llevarla a cabo.
En el dinámico mercado inmobiliario de Barcelona, la restauración de este tipo de edificios es a día de hoy una inversión atractiva pero de riesgo. Artur Stabinski, Socio Director de Coldwell Banker Anteris, y los arquitectos Jaume y Eugeni Bach, de Bach Arquitectes, han encabezado la restauración y comercialización de la Casa Dolors Alesan, un edificio histórico ubicado L’Eixample de la Ciudad Condal, nos ofrecen una visión interna sobre la complejidad y el valor de estos proyectos.
Inversión y riesgo en la restauración histórica
Artur Stabinski destaca que invertir en la restauración de edificios históricos es una operación que implica riesgos significativos. «Es muy difícil valorar el coste de la reforma y sobre todo su tiempo», explica el entrevistado.
Los imprevistos son comunes y pueden surgir requerimientos adicionales del Ayuntamiento, lo que aumenta la incertidumbre y el coste. Por ello, el socio directo de Coldwell Banker enfatiza que «es algo solo para inversores muy solventes» que no dependan excesivamente de la financiación y que tengan fondos propios suficientes para afrontar eventuales imprevistos. «Por otra parte, especialmente en Barcelona, es una inversión casi con una garantía de encontrar compradores al final del proceso», concluye.
El valor emocional y la revalorización
La restauración no solo se trata de números, sino que también añade un componente emocional que puede despertar el apetito inversor. El socio directivo observa que durante la comercialización de la Casa Dolors Alesan, los compradores estaban menos interesados en el precio por metro cuadrado y más en el valor histórico y arquitectónico, un enfoque emocional que puede revalorizar significativamente el precio del activo.
«Un piso de 75-80 metros cuadrados en esta zona ‘a reformar’ puede costar entorno de los 350.000-400.000 euros y los precios de las viviendas de este tamaño en Casa Alesan llegaron a superar los 700.000 euros«, aclara Stabinski, destacando el impacto de la etiqueta de patrimonio arquitectónico en la revalorización del activo.
El proceso de restauración del edificio histórico
Los arquitectos Jaume y Eugeni Bach describen su enfoque en la preservación del patrimonio cultural durante la reforma de la Casa Dolors Alesan. «El proyecto tiene dos características principales: por un lado, la voluntad de recuperar la finca como joya patrimonial a través de un minucioso trabajo de restauración y, por otra, la ampliación de la finca con dos nuevas plantas que alojan dos pisos duplex en su parte superior», explican.
Esta dualidad del proyecto se aborda con una misma lógica que se traduce en dos elementos distintos: por una lado, la recuperación patrimonial se lleva a cabo analizando, catalogando y trabajando cada pieza existente para recuperarla y conseguir que la finca vuelva a lucir tal como lo hacía cuando se construyó, en 1904.
Por otra parte, la ampliación se aborda con un lenguaje totalmente contemporáneo, para dejar bien claro qué es original y qué parte del edificio es actual, pero con un cuidado especial en los detalles, los materiales y el cromatismo de esta pieza. Así, aunque claramente puede verse qué parte del edificio es actual y cuáles son restauradas, ambas trabajan como un conjunto que funciona perfectamente al unísono.
Por último, la restauración de los elementos existentes se ha abordado en su totalidad: suelos cerámicos, enyesados de los techos, trabajo en metal de las barandillas, esculturas de fachada, cristales emplomados y estucados interiores han sido tratados por especialistas en cada uno de estos materiales consiguiendo un resultado tan bueno como el original.
Inspiración y filosofía de diseño
La inspiración para el proyecto proviene de la convicción de que no tiene sentido volver al pasado, sino de recuperar los elementos que nos trasladan a ese pasado en combinación con nuevas piezas y elementos del presente. «No se trata de convertir un edificio patrimonial en un museo o en algo estático, sino de recuperar la esencia de éste al mismo tiempo que la vivimos y la traemos a nuestro tiempo», recuerdan los Bach.