«Ningún mercado se ha salvado de la digitalización», tampoco la construcción. Según Gonzalo Tamayo, ‘Sales Consultant’ en BIMobject, gracias a la tecnología BIM (Building Information Modelling), el sector del ladrillo es capaz no sólo de reducir costes, plazos y materiales, sino también de lograr la unificación mejorando la comunicación dentro de un proyecto.
Más eficiencia y mejor colaboración. «Al digitalizar cualquier objeto, este sistema de trabajo permite manejar toda la información relativa a dicho objeto de forma simultánea», apunta Tamayo. Y es esta réplica digital o 3D la que sirve a toda clase de profesionales del sector AECO (Architecture, Engineering, Constructions & Operations), amenizando distintos procesos constructivos.
¿A qué tipo de proyecto se puede aplicar? «Ningún tipo de proyecto se queda fuera del BIM«, matiza el experto. Residencial, oficinas, hotelero, industrial, comercial, ‘health’, alternativo… Indistintamente, los usuarios de BIMobject llevan a cabo proyectos de todas las tipologías del espectro inmobiliario, tanto público como privado. «Al haber más de tres millones de arquitectos que entran en la plataforma, los trabajos son muy variados».
Más que una opción, los «mandatos BIM» se están convirtiendo actualmente en un requisito más para los proyectos de construcción pública en el sector. Una tendencia global que no sólo está impulsada por los avances tecnológicos, «también por los esfuerzos políticos centrados en mejorar la competitividad, la productividad y el bienestar social y medioambiental de un país», recuerda Tamayo. Sin embargo, el sector privado -también- se muestra cada vez más interesado.
Ventajas de la tecnología BIM
Exactamente, ¿cómo se logra reducir costes y plazos? Calculando la cantidad exacta del producto necesario para llevar a cabo la obra: al reducir errores de cálculo, se minimizan imprevistos que podrían derivar en gastos extra en el plan de construcción.
«Otro de los puntos fuertes es la unificación dentro de un proyecto». Al haber más comunicación dentro de una misma obra, el proceso mejora. «Está constantemente comunicado, como si fuese una nube, en la que tanto el arquitecto, como el diseñador, como el ingeniero, como el obrero, pueden ver a tiempo real lo que está pasando dentro de la obra». Así, se evita tomar decisiones «a dedo» basándose en información real y actualizada de cada parte del proyecto.
Aunque se suele confundir el BIM con los archivos digitales, Tamayo insiste en que estos últimos serían softwares como Revit o ArchiCAD. Dentro de la metodología, serían los sistemas de trabajo que se utilizan para el desarrollo de este tipo de objetos, que facilitan una réplica digital e incorporan la información que cada fabricante considere oportuna.
¿A qué perfiles profesionales y empresariales se dirige la tecnología BIM?
«Si bien todo el sector AECO hace uso de la tecnología BIM, el principal perfil son arquitectos, seguidos de diseñadores de interiores e ingenieros», detalla Tamayo. De hecho, «dentro de la plataforma BIMobject, tenemos un global de más de 3 millones de usuarios a día de hoy, y podríamos decir que casi el 45% de todos estos usuarios son arquitectos«.
«No sólo estamos hablando del presente, el futuro sector ya se está formando en torno al BIM, se está utilizando mucho». La compañía ha detectado una tendencia cada vez mayor entre los futuros profesionales del sector, especialmente, entre el alumnado de arquitectura, «los arquitectos del futuro».
Desde la primera idea del arquitecto, pasando por los fabricantes que proporcionan los productos -que también han de tenerlos en BIM-, hasta la constructora, las inmobiliarias, los estudios de diseño y arquitectura o la empresa de mantenimiento. «El ideal perfecto del BIM es que esté implicado en todo el proceso constructivo y el ciclo de vida de un edificio«. Por tanto, según el estado en el que se encuentre cada activo, la tecnología BIM contribuirá a la optimización del activo de una u otra forma.
Implementación en el sector público y privado
Aunque hace un par de años hubiéramos dicho «el futuro es el BIM», Tamayo considera que actualmente ya es una realidad. Pone el ejemplo de muchos países como Estados Unidos que ya abogan por este modelo, tanto a nivel público como privado.
«Cuando un arquitecto o una constructora quiere participar en cualquier licitación o proyecto, tienen que trabajar con BIM», comenta Tamayo. Y sería extrapolable, también, a la fabricación de los propios materiales. «Cada vez tenemos más fabricantes de Estados Unidos que están entrando en la plataforma», añade.
A nivel español, «sobre todo, si se quiere entrar en una licitación pública de edificación, se tiene que hacer a través de BIM: es obligatorio«. Desde el 17 de diciembre de 2018, cuando la administración comenzó a apostar por las ventajas de esta metodología, se trata de un requisito en esta clase de proyectos, explica Tamayo.
También el sector privado empieza a exigirlo: «es cuestión de tiempo que se haga de manera general». El mercado ha cambiado considerablemente en los últimos años. «Antes, la realidad era que teníamos que buscar más a los fabricantes; ahora, están viniendo ellos a nosotros porque cada vez más clientes suyos lo están solicitando«.
Ante una demanda ya sostenida que crece y crece, el «futuro» pasa a convertirse en una realidad. El crecimiento de la base de usuarios de BIMobject lo constata: «hace 2-4 años teníamos un millón de usuarios, y a día de hoy ya tenemos más de dos millones».
