Más quisieran los países y los beneficios empresariales crecer a un ritmo del 8% en tasa anual. Pero cuando se habla de números económicos todo es relativo y que la variación de Índice de Precios de Vivienda, que el Instituto Nacional de Estadística ha hecho público esta mañana refleje que la variación respecto al año pasado de lo que se paga por una vivienda en España sea del 8% en vez del 8,5% del anterior trimestre ya supone, por lo menos, el final de la escalada.
Ralentización. Los registradores usaron esa palabra para definir la situación con los datos de compraventas e hipotecas firmadas en julio. Y ahora el INE viene a templar las cifras de máximos que ha vivido el sector la pasada primavera. Al final del segundo trimestre, el precio de la vivienda nueva crece un 8,8% (1,3 puntos menos que en el trimestre anterior) y la de segunda mano, siempre más resistente, lo hace un 7,9% (tres décimas menos).
Entre trimestres, la variación del IPV general en el segundo trimestre es del 1,9%. Por tipo de vivienda, los precios de la vivienda nueva suben una décima entre el segundo y el
primer trimestre de 2022. Por su parte, los precios de la vivienda de segunda mano aumentan un 2,3%.
Pero en este tipo de datos siempre es más fiable la fotografía entre años. Y la tasa anual del IPV disminuye en el segundo trimestre respecto al primero en todas las comunidades autónomas, excepto en La Rioja y País Vasco, donde sube seis y dos décimas, respectivamente.
Los mayores descensos de la tasa anual, de 1,6 y 1,5 puntos, se producen en Extremadura y Canarias, respectivamente. Pero Madrid y Cataluña también retroceden, con dos décimas y cinco, y se quedan en cifras muy parejas de incremento: 7,3% y 7,2%, respectivamente.
Asimismo, si en el primer trimestre había cuatro autonomías con incrementos de precios por encima del 10% (Baleares, Canarias, Andalucía y Cantabria), ahora sólo resisten con dos dígitos Baleares y Andalucía.
Y todo esto, a pocas horas de que el Banco Central Europeo dé un nuevo golpe a los ahorros de todo aquel que tenga una hipoteca. El regulador elevará seguramente en medio punto los tipos de interés y pondrá al Euríbor enfilando tasas por encima del 2% para final de año, según consideran ya la mayoría de los expertos.