Más que la certificación, «lo importante es que el mayor volumen de viviendas se diseñen con criterios de vivienda pasiva«, señala Isabel Alonso de Armas, experta en sostenibilidad y miembro de la Junta Directiva del Consorcio Passivhaus. A nivel país, la profesional cree que necesitamos poner especial atención a la rehabilitación del parque edificado, ya que el 45% es anterior a la normativa de aislamiento de 1979.
Habrá que rehabilitar lo que no se haya intervenido, por la descarbonización, y «sobre todo, por las personas que viven dentro» y las condiciones de habitabilidad en las que puedan estar viviendo. «Tenemos un millón de viviendas obsoletas desde el punto de vista de eficiencia energética», recuerda Alonso de Armas. Se refiere a los hogares donde, por ejemplo, hace mucho frío en invierno y mucho calor en verano. «Tenemos que buscar casas que nos cuiden», donde sea confortable vivir.
En el último episodio de BNews Podcast, Alonso de Armas, miembro de la Junta Directiva del consorcio; directora de Sostenibilidad y Desarrollo de Negocio en BMI Group para Iberia; consejera del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y miembro de WAS, WIRES y el Observatorio 2030, profundiza en el universo passivhaus y sus características, en los planes y las ayudas económicas europeas en materia de rehabilitación o en los objetivos de la construcción de cara a 2024. ¿Aún no lo has escuchado?
Taxonomía, sellos y criterios
«Desde la Unión Europea, con la taxonomía, están tratando de definir qué inversiones son sostenibles». La institución está fijando unos KPI -Indicador Clave de Desempeño, por sus siglas en inglés-, una serie de criterios y conceptos clave que crearán un estándar unificado que permita comparar. Así, cada sello del sector podrá seguir las mismas pautas desde su propio enfoque, a menudo vinculado a un elemento central x o a las condiciones climatológicas del lugar y.
Por el momento, los fondos persiguen objetivos como reducir la demanda energética y incorporar energías renovables. «Por ayudas no es, pero hay que mantener ese ritmo«. Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, hay que pasar de las 30.000 viviendas rehabilitadas al año a las 300.000, y a medida que vayan pasando las décadas, Europa seguirá subiendo el nivel de exigencia.
La descarbonización, la factura energética y las exigencias de la UE en Certificación Energética
Si se compara la factura de la luz de una passivhaus y una vivienda con una calificación energética D o E, «seguramente sea más rentable la primera, sin tenernos que ir a los 20-30 años para llegar a ese punto de cruce».
Además, el producto se revaloriza por momentos, porque tenemos que tener nuestro parque edificado construido descarbonizado en 2050, recuerda la experta. Ahora mismo, el 80% de las viviendas que tengamos para entonces ya existen, y hay ayudas destinadas a esta clase de mejoras, pero se trata de «un camino de una única dirección, no hay retorno».
Europa nos animará a descarbonizar con la próxima autorización de la Directiva de Eficiencia Energética«, que llegará a finales de año o principios de 2024, avanza la profesional. Este paso paso definirá unos «hitos intermedios«, porque 2050 aún queda lejos. «Llegar está muy bien, pero es cómo hagamos el camino», opina la experta.
Si en 2030 nos obligamos a tener un volumen medio de edificios de calificación energética E, en 2033 será más fácil exigir la letra E, y así sucesivamente. Hitos que, alerta, han de ser realistas y precisarán de herramientas y palancas, como la circularidad o la eficiencia energética. Así, «vamos a conseguir hacer ese camino provocando el menor impacto posible».
La idea es llegar a 2050 no mediante una economía lineal, sino «tratando de cambiar el proceso de cómo hacemos las cosas, algo que afecta mucho al la edificación, por el impacto que tenemos». Al cambio, que debe involucrar a todos los agentes del sector, el consorcio lo llama «construpía».
Tareas pendientes y falsos mitos del entorno passivhaus
Según la profesional, el reto no es sensibilizar al propio sector, sino a la ciudadanía. «Los técnicos somos creyentes, lo que necesitamos es que el propio ciudadano lo entienda, haga suyo el mensaje y también lo pida, lo demande». Para que el cambio se contemple como una realidad, hemos de normalizar en la calle los carteles de obras (que vaya en esta dirección) financiadas por los fondos Next Generation.
Ahora mismo, aproximadamente el 40% de la sociedad española podría saber lo que es una vivienda pasiva, pero «nos falta concienciación a la hora de ponderar«. Además, «hay que desmontar falsos mitos», como el de que la vivienda passivhaus es mucho más cara que la tradicional.
Al construir una vivienda pasiva o a comprar un coche, no sólo se tiene en cuenta el momento inicial del pago, también se piensa a futuro. Se deben valorar cuántos años que se planea vivir en esa casa, para considerar su precio inicial y el coste de energía durante los años de explotación o vida útil de la propia vivienda, matiza la representante del Consorcio Passivhaus.
¿Qué significa passivhaus?
La vivienda pasiva o passivhaus va un poco más allá del ‘edificio de consumo casi nulo‘: «ponen a quien las vive en el centro, buscando las mejores condiciones de habitabilidad«, matiza Alonso de Armas. Se trata de factores propios del espacio construido, como el confort término, lumínico y acústico, que acaban impactando directamente en la salud humana.
Este enfoque busca minimizar el consumo energético, cuidando todos estos aspectos, prestando especial atención al estado de la envolvente, la estanqueidad o los puentes térmicos, para lograr las óptimas condiciones y reducir la factura de la luz. «Hay viviendas que incluso pueden llegar a consumir al año 300 euros«.
Al tiempo que mejora la salud ambiental de los espacios, puede llegar a traducirse en una rebaja en la factura energética. Salud y ahorro a lo largo de la vida útil de la vivienda.
¿Puede «passivhaus-izarse» un activo en un proceso de reforma?
Dado que el diseño es la fase esencial de la construcción passivhaus, es más habitual este formato de vivienda en el mercado de obra nueva. Sin embargo, Alonso de Armas explica que sí es posible llevar a cabo «una adaptación de esa certificación passivhaus para rehabilitación».
En un piso, la parte más difícil sería llevar a cabo el proceso de reforma de la envolvente, porque -como ocurre a menudo con la instalación de paneles solares-, la decisión podría depender de la comunidad de vecinos. «No pensemos que no podemos hacer nada en nuestra vivienda», es posible «alinearla a esos criterios de vivienda pasiva». En insiste: «si vamos a hacer algo, no pintemos nada más, no lavemos la cara, hagamos una intervención que nos permita ver las mejoras».