Los criterios medioambientales y de sostenibilidad se han convertido en un elemento clave en el desarrollo de proyectos inmobiliarios y un factor adicional de diferenciación en el segmento premium. Las nuevas regulaciones, pero también las demandas de unos compradores cada día más exigentes, presionan a promotores e inversores a ir un paso por delante. El quilómetro cero, por ejemplo, es ya un factor de valor para las promociones.
Es sin duda una de las tendencias que observamos en los desarrollos inmobiliarios en los
últimos años. Los criterios de sostenibilidad han irrumpido con fuerza para consolidarse ya como un elemento imprescindible, y a la vez, como un aspecto que añade valor. Sin duda detrás de esta tendencia hay una explicación regulatoria, pero no es la única. La demanda, y especialmente la de un producto premium, es especialmente sensible y exigente, y entiende esta sostenibilidad como un elemento que aporta singularidad for valor adicional al activo. De hecho, según el último informe del State of Luxury Real Estate sobre preferencias de este segmento de demanda realizado a partir de encuestas a más de 4.500 consumidores de rentas altas de 20 países de todo el mundo (incluyendo Europa, Oriente Próximo, Asia Pacífico y Norteamérica), el 75% consideraría la sostenibilidad como un elemento destacado en su róxima compra, y la mitad se mostraba dispuesta a pagar más por ello.
Cuando hablamos de sostenibilidad en un proyecto inmobiliario debemos hacerlo desde una perspectiva amplia, que incluya la concepción y diseño del proyecto, la selección de proveedores de materiales, la aplicación de tecnologías centradas en la eficiencia energética de los sistemas y que además mejoren la experiencia del usuario final, o incluso en la creación de espacios verdes singulares que contribuyan a la descarbonización en la edificación de las ciudades. Para asegurar todo este proceso es muy importante trabajar con una visión global, proporcionando el mejor asesoramiento técnico en cada etapa.
Para ello resulta también imprescindible un completo conocimiento del mercado local. El tan conocido «quilómetro cero» tan apreciado en sectores como por ejemplo la gastronomía, estácada vez más presente en el mercado inmobiliario como un factor de eficiencia, de reducción de costes y de mayor sostenibilidad. Es además uno de los elementos que se consideran para la obtención de la certificación LEED (Leadership in Energy and Enviromental Design), que junto con BREEAM (Building Research Establishment Enviromental Assessment Methodology) son dos de los sellos internacionales más relevantes en materia de sostenibilidad aplicada a la construcción. En concreto la certificación LEED fomenta que los materiales que se utilicen no disten más de 800 quilómetros de la ubicación del proyecto. El objetivo es reducir el impacto de las emisiones del transporte -responsable del 11% del total de emisiones durante el proceso de construcción-, pero también apoyar las economías locales. Según la organización impulsora del certificado LEED (U.S. Green Building Council), el 50% de los proyectos con este sello aumentan en un 5% su contribución económica a la comunidad local.
Lo más habitual en compañías de promoción inmobiliaria, y sobre todo en firmas de private equity, es que los servicios de gestión de desarrollo se externalicen y por tanto no se provean de manera interna. Teniendo en cuenta la elevada complejidad y gestión que va intrínsecamente ligada a los desarrollos inmobiliarios, y sobre todo la importancia de un
correcto control de los objetivos marcados en la fase inicial de un proyecto, el contar con un equipo propio para la gestión técnica de los proyectos se convierte en un factor absolutamente estratégico para garantizar un resultado óptimo.
Debemos tener en cuenta que, entre el momento inicial de adquisición de un activo, hasta el momento final en el que se entrega, pasan varios años. La definición del programa de usos, la selección de los equipos de diseño y arquitectura, el proceso administrativo de gestión de permisos, y la ejecución y entrega de la obra…Todo ese camino es largo y complejo y necesita ser dirigido por el mismo equipo para no perder eficiencia y aportar el mayor valor al producto final. Desde nuestra experiencia, que incluye la inversión y gestión de activos inmobiliarios de primer nivel, en diferentes mercados tanto dentro como fuera de Europa, contar con un equipo interno de gestión de desarrollo formado por arquitectos e ingenieros es un factor clave, que asegura el éxito en todo el proceso y ayuda a aportar un mayor valor y recorrido a ese activo.
Mirando al futuro, tenemos claro que la sostenibilidad va a consolidarse como un elemento
imprescindible en las promociones inmobiliarias, por regulación, por responsabilidad, por
exigencias de la demanda… y porque cada vez más se va a convertir en un factor de
rentabilidad futura para los activos. En este contexto, aquellas firmas que sean capaces de
ofrecer una visión integral serán las que consigan ser más competitivas.
Artículo de opinión firmado por Gonzalo Álvarez, Managing Director, Squircle Capital Real Estate Development
