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El futuro de la construcción: digitalizarse o morir

Pedro Agulló (Billdin y Kairos Concept) reflexiona sobre la falta de inversión en I+D en el sector de la construcción, uno de los menos digitalizados.

El futuro de la construcción: digitalizarse o morir

La construcción es uno de los sectores con menor inversión en I+D, equiparable a los sectores de la agricultura y pesca, donde tan sólo alcanza el 1% de la inversión nacional, a pesar de ser el 5% del PIB en España. Sin embargo, las circunstancias externas de los últimos años, como la crisis de la COVID-19, problemas en la cadena de suministro, una inflación con datos superiores a los de la última década, falta de mano de obra cualificada, cambio en el comportamiento del cliente y márgenes reducidos, están obligando a la industria a evolucionar. Pero ¿es esta evolución reactiva a base de golpes y marchas forzadas suficiente para prosperar?

Fijémonos en las especies, ellas se han enfrentado durante miles de años a un entorno en constante cambio, siendo además los recursos limitados en la naturaleza y a pesar de todo han conseguido sobrevivir, no sin modificaciones. De hecho, han sido los pequeños grandes cambios heredables los que les han dotado de rasgos ventajosos con respecto a sus competidores, asegurándose así su descendencia y volviéndose cada vez más competitivas. Es decir, la selección natural propuesta por Darwin no existiría sin el cambio. Sin esas modificaciones en los organismos que suponen una clara ventaja y que mantenidas en el tiempo terminan heredándose.

Volviendo a nuestro caso, en el momento que no persisten los problemas, involucionamos y nos volvemos a acomodar, deshaciendo el camino avanzado. Es esencial que las empresas del sector aprovechen el empujón forzoso que nos provocan los continuos cambios y se conciencien, para generar un futuro próspero y sostenible, comenzando a elaborar estrategias a largo plazo de transformación digital proactiva y constante. Durante estos últimos cuatro años, se han consolidado avances que están cambiando el sector y merece la pena repasar por qué estas son las bases por las que pasa el futuro de la construcción. 

El Modelado de Información de Construcción (BIM) y la realidad aumentada (AR) se han consolidado como una necesidad que permite una mejor visualización de proyectos, una colaboración más efectiva y flujos de trabajo optimizados tanto en la fase de proyecto, como en la de construcción y mantenimiento de los edificios, uno de los grandes pasos en la historia de la industria.

La construcción modular es otro avance importante que destacar inicialmente. Al construir entre el 60% y el 90% de la construcción en fábrica, se reduce el tiempo y los recursos necesarios para la construcción. La eficiencia y la reducción de costes son evidentes, y esta tendencia está ganando terreno rápidamente en la industria. El empleo de robótica para la fabricación offsite ya es una realidad. También, cada vez más presentes en el sector la impresión 3D y el uso de drones para monitorizar el seguimiento en directo de la construcción e incluso para transporte de elementos livianos en zonas inaccesibles, comienzan a ser una solución viable para las empresas.

Los programas especializados de gestión y control de costes basados en el cloud computing se han convertido en aliados cruciales para las empresas constructoras que buscan optimizar sus operaciones y mantener sus proyectos dentro del presupuesto. Estas tecnologías no solo han simplificado la colaboración y la administración de proyectos, sino que también han abierto nuevas vías para la automatización de procesos, la monitorización en tiempo real, la toma de decisiones informadas y la reducción de costes.

El internet de las cosas (loT) permite la interconexión de dispositivos y sistemas a través de internet, permitiendo la recopilación y transmisión de datos en tiempo real. Esto significa que máquinas, herramientas, sensores y operarios pueden comunicarse entre sí, generando un impacto significativo en el volumen de datos.  

Es necesario destacar también el uso del big data, uno de esos neologismos que han llegado para quedarse. En la construcción, esto se traduce en la capacidad de procesar una gran cantidad de información. Por ejemplo, los contratistas pueden utilizar análisis de big data para predecir con mayor precisión el tiempo necesario para completar un proyecto, lo que reduce los retrasos y los costes adicionales. También pueden optimizar la logística de materiales y recursos humanos. 

Nuestra variación heredable con la que garantizar la prosperidad del sector de la construcción radica en el enfoque constante hacia la digitalización y la adopción de tecnologías avanzadas. 

Las empresas que apuesten por la incorporación de estos avances deben organizarse, planificarse y ser constantes, siendo la implementación de un programa de gestión y control de costes colaborativo y abierto a otros programas digitales, el cimiento sobre el que edificar los siguientes desarrollos tecnológicos. La construcción ya no puede quedarse en el pasado y esperar a que los cambios lleguen para reaccionar, sino que debemos avanzar hacia un presente en el que la tecnología y la eficiencia sean los motores de la industria.

Artículo de opinión escrito por Pedro Agulló, CEO de Billdin y fundador del holding Kairos Concept.

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