El mercado hipotecario digital español ha avanzado considerablemente en los últimos años, y, a pesar de que todavía hay un largo camino por recorrer, ya hemos progresado notablemente hacia un modelo más eficiente, transparente y accesible para todos. El mundo ha mutado considerablemente en el último lustro en prácticamente todo lo que nos rodea y el hipotecario no ha podido evitar este cambio. Hace solo cinco años, el concepto de adquirir una hipoteca sin necesidad de visitar una oficina bancaria parecía de ciencia ficción, una idea más cercana a Black Mirror que a la realidad. Hoy en día, nos encontramos mucho más próximos a ese futuro, y los resultados, lejos de la distopía, ya son impresionantes.
Históricamente, las oficinas bancarias han sido el principal canal de captación de hipotecas. En 2006, España contaba con más de 43.000 sucursales bancarias, mientras que hoy ese número ha disminuido significativamente hasta las 18.000. El descenso en la cantidad de oficinas abiertas evidencia una transformación significativa en los patrones de consumo de los usuarios, quienes cada vez más optan por medios digitales para administrar sus finanzas. Hace no tanto, la mayoría de los españoles actualizábamos nuestra cartera de ahorros en cajeros automáticos. Hoy, casi todos tenemos una aplicación en el móvil para consultar nuestros saldos y operaciones en tiempo real.
Este cambio también se ha extendido al sector hipotecario: los usuarios ya no quieren acudir a una sola fuente de información, como la oficina bancaria de siempre. Hoy en día, demandan información imparcial y accesible sobre las mejores opciones disponibles. Como respuesta, el canal de intermediarios hipotecarios ha crecido de forma sólida, permitiendo que los españoles puedan comparar productos hipotecarios de manera más rápida, eficiente y honesta.
Lo más interesante es que los propios bancos han entendido que el futuro de la contratación hipotecaria pasa por la digitalización y la colaboración con intermediarios. Lo que antes parecía una barrera insuperable, hoy es una realidad: los usuarios pueden obtener respuestas inmediatas y contratar su hipoteca sin necesidad de pisar una oficina. Estamos viendo cómo este modelo ya está transformando el mercado y todavía muchas marchas por subir.
¿Cuál es el camino?
Hoy, dos de cada 10 familias españolas contratan su hipoteca a través de intermediarios. Aunque esto aún está lejos de los niveles de otros países europeos, como el Reino Unido, donde ocho de cada 10 utilizan este canal, el italiano son cuatro de cada 10, el alemán seis de cada 10 o el irlandés cinco de cada 10, el crecimiento es innegable. Las familias españolas han comenzado a darse cuenta de los beneficios de obtener información transparente y honesta sobre un producto tan complejo como la hipoteca.
Con el acceso a la vivienda a través del alquiler cada vez más complicado por las políticas económicas e inmobiliarias, especialmente para los jóvenes, el mercado hipotecario ofrece una solución mucho más asequible. El objetivo es que en los próximos años, más españoles puedan acceder a la propiedad de manera fácil y rápida.
Este cambio está cada vez más cerca, y la clave radica en la rotación y flexibilidad que las hipotecas digitales están comenzando a ofrecer. Actualmente, la cancelación promedio de una hipoteca en España se sitúa en torno a los 14 años. Aunque la mayoría de las hipotecas se firman a 30 años, diversos factores —como la venta de una vivienda para comprar otra, la formación de nuevas familias o los traslados de residencia— acortan significativamente su duración. En mercados anglosajones, este promedio baja a unos 7 años, impulsado por una mayor rotación de viviendas, facilitada por la flexibilidad hipotecaria y los elevados precios de los alquileres. A la luz de las tendencias actuales, parece que España podría estar encaminándose en esa misma dirección.
Mirando hacia adelante, el futuro del sector hipotecario es impresionante. La contratación de hipotecas completamente digitales ya no es una idea lejana, sino una realidad que estamos construyendo cada día. En poco tiempo, será posible contratar una hipoteca sin hablar con nadie, simplemente a través de plataformas digitales. Incluso el proceso de firma en notaría podrá ser gestionado de forma completamente online, sin que el cliente tenga que pasar por la oficina ni hablar directamente con ningún banco.
Gracias a la Ley de Crédito Inmobiliario, este proceso será aún más sencillo, permitiendo a los usuarios cambiar de hipoteca con pocos clics y aprovechar las mejores condiciones disponibles en cualquier momento. Este nivel de flexibilidad reducirá enormemente el estrés y las complicaciones asociadas a la contratación de una hipoteca, facilitando el acceso a la vivienda para más personas. Y es que parece que, cada vez más, las hipotecas también se van a asimilar a la sociedad líquida de Zygmunt Bauman.
Artículo firmado por Ricard Garriga, CEO y cofundador de Trioteca