La compañía estadounidense WeWork, multinacional de alquiler de oficinas y espacios de coworking, ha anunciado que procederá con un ‘contrasplit’, una división inversa de acciones, en concreto una nueva acción por cada 40 de sus acciones antiguas ordinarias Clase A y Clase C en circulación; esto luego de la aprobación de su junta directiva y dentro del rango de proporción previamente autorizado por los accionistas en la reunión anual de accionistas de WeWork llevada a cabo el 12 de junio de este año.
Esta división inversa de acciones entrará en vigencia el 1 de septiembre del ejercicio actual y tiene como objetivo principal aumentar el precio de cotización por acción de la compañía y volver a cumplir con el precio mínimo de cierre de un dólar por acción, requerido por la Bolsa de Valores de Nueva York para mantener la cotización. De igual forma, WeWork ha señalado que no espera que esta división afecte sus operaciones comerciales actuales o futuras.
Cuando la división inversa se haga efectiva, cada 40 acciones ordinarias de WeWork, emitidas y en circulación, se combinarán automáticamente en una acción ordinaria de la compañía. Esta división se aplicará por igual a todas las acciones ordinarias de Clase A y Clase C en circulación, y cada accionista mantendrá el mismo porcentaje de acciones. Finalmente, WeWork ha informado que no se emitirán acciones fraccionarias en relación con la división inversa de acciones, los titulares de acciones ordinarias de Clase A y Clase C recibirán un pago en efectivo, sin intereses, en lugar de acciones fraccionarias.
Este anuncio tiene lugar días después de que la compañía informara que en el segundo trimestre del año ha registrado unas pérdidas de 349 millones de dólares (318 millones de euros), lo que representa una disminución del 39,5% respecto de las negativas cifras contabilizadas por la compañía en el mismo periodo de 2022.
«Como resultado de las pérdidas de la empresa y las necesidades de efectivo proyectadas, combinadas con una mayor rotación de miembros y niveles de liquidez, existe una duda sustancial sobre la capacidad de la compañía para continuar como un negocio en marcha», señalaban desde WeWork.
Agregaban, además, que su viabilidad como negocio en funcionamiento depende de la exitosa ejecución de un plan destinado a mejorar la liquidez y rentabilidad de la empresa durante los próximos 12 meses.