WeWork, proveedor de espacios flexibles, ha anunciado que ha solicitado protección en virtud del capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos con una deuda de 18.656 millones de dólares (17.486 millones de euros al cambio actual) y un activo de 15.063 millones de dólares. La compañía ha precisado que sus ubicaciones fuera del territorio estadounidense y de Canadá no forman parte de este proceso, de manera que los franquiciados de WeWork en todo el mundo tampoco se verán afectados por estos procedimientos.
A través de un comunicado, la empresa ha enmarcado esta decisión en el inicio de una reorganización integral para «fortalecer su estructura de capital y rendimiento financiero, y posicionar mejor a la compañía para un éxito futuro». De igual forma, ha señalado que mantiene el apoyo de sus principales accionistas financieros y que ha suscrito un Acuerdo de Apoyo a la Reestructuración con tenedores que representan aproximadamente el 92% de sus pagarés garantizados, para reducir la deuda financiada existente de la empresa y acelerar el proceso de reestructuración. Habrá, entonces, un canje de deuda por acciones.
Asimismo, WeWork ha indicado que seguirá racionalizando su cartera de arrendamientos de oficinas comerciales y que está solicitando la posibilidad de rescindir los contratos de arrendamiento de algunos lugares que en su mayoría no están operativos.
Al respecto, David Tolley, consejero delegado de WeWork, ha señalado que «es la comunidad WeWork la que nos hace triunfar. Nuestro más de medio millón de miembros de todo el mundo acude a nosotros para disfrutar de los mejores espacios, hospitalidad y tecnología que ofrecen nuestros 2.500 dedicados empleados y valiosos socios. WeWork tiene una base sólida, un negocio dinámico y un futuro brillante».
Finalmente, la compañía ha indicado que seguirá prestando servicios a sus actuales miembros, proveedores y socios, y que espera tener la liquidez financiera para ejecutar estos procedimientos y continuar con el negocio en el curso ordinario.
En agosto, la multinacional de alquiler de oficinas y espacios de coworking ya había anunciado que en el segundo trimestre del año registró unas pérdidas de 349 millones de dólares, lo que representaba una disminución del 39,5% respecto de las negativas cifras contabilizadas por la compañía en el mismo periodo de 2022.