
Así lo constata una encuesta a inversores JLL Living, elaborada en colaboración con Aberdeen Standard Investments. Los resultados de la misma afirman que representa el 25% de toda la inversión inmobiliaria directa en EMEA, frente al 9% que suponía en 2010. Comparando esta cifra con la de otros mercados calculan que podría alcanzar más del 40% de la inversión inmobiliaria total.
El pasado año se invirtieron, en Europa, 83.400 millones de euros en residencial. Esto supone un 10% más que en 2019. Los inversores consideraron a la vivienda un activos refugio, que proporcionaba flujos de ingresos estables. Las rentas periódicas son el principal motivo de la inversión en este mercado, a diferencia de otros en los que las recaudaciones de alquileres como el comercial han sufrido tensiones.
Los objetivos de inversión anunciados por los encuestados suman 70.000 millones de capital adicional. Por el momento, el 78% señaló que le faltan oportunidades donde colocar el capital y el 62% no está satisfecho con las rentabilidades que ofrecen.
Cambios en la demanda
El estudio muestra una divergencia de opiniones, aunque con un tímido protagonismo de que la mayor demanda se está dando en las periferias, el 71% de los encuestados así lo cree. Sin embargo, el 37% espera que aumente la demanda de ubicaciones en el centro de la ciudad.
En lo que sí están de acuerdo la mitad de los encuestados es que la demanda de alquileres subirá y solo el 3% está en desacuerdo con esa afirmación.
El punto donde mayor consenso hay es en la prioridad por cumplir con los ESG. El 95% de los encuestados está de acuerdo en que las futuras asignaciones dentro del sector inmobiliario favorecerán los activos sostenibles.