La inmobiliaria barcelonesa Renta Corporación ha finalizado 2020 con una importante caída de sus ingresos, del 50% en concreto, debido al freno de la actividad inmobiliaria tras la irrupción del Covid en España.
La compañía, que en 2019 obtuvo una facturación de 92 millones, el pasado año, solo logró 46,1 millones, con caída tanto de su actividad transaccional como de su negocio patrimonial. Así, los ingresos procedentes del negocio transaccional fueron de 38,8 millones, un 38,5% menos que en el ejercicio anterior -37 millones por ventas de inmuebles y 1,8 millones por gestión de proyectos inmobiliarios; mientras que la firma facturó 6,2 millones por el negocio patrimonial.
A través de la Socimi Vivenio, participada mayoritariamente por el fondo APG, la compañía obtuvo casi 4 millones, lo que supone una caída de más del 50% con respecto al año anterior.
En total, Renta Corporación perdió 8,8 millones de euros en 2020, frente a las ganancias de 17,1 millones de 2019. Según la compañía, este resultado se debe «la paralización del mercado de inversión y el retraso en la materialización de las operaciones que Renta Corporación tenía previstas».
El resultado bruto de explotación (Ebitda) del grupo entró en terreno negativo, al registrar unos números rojos de 5,2 millones, frente al resultado positivo de 27 millones del año anterior.
La compañía liderada por David Vila destaca que el Covid también ha afectado a sus planes de lanzar dos nuevos vehículos de inversión inmobiliaria, especializados en logística y hotelero, aunque trabaja para que éstos sean una realidad en los próximos trimestres.
Por otro lado, Renta Corporación destaca que su cartera de negocio suma 129,8 millones, con activos en bien localizados, especialmente en Madrid y Barcelona, «que hacen que aporte una importante visibilidad sobre el margen transaccional previsto para 2021», según la cotizada.
Financiación
Renta recortó su deuda financiera neta un 26%, hasta los 47,5 millones de euros, a causa de la menor actividad, con un Loan to Value del 38%.
Ante el cambio de tendencia del mercado residencial en 2020, la cotizada ha llegado a un acuerdo con sus bonistas de la emisión realizada en 2018 que contempla suspender el pago del convenant hasta 2022.
Además, hace apenas unos días, Renta ha suscrito con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para realizar una emisión de pagarés avalados hasta un importe de 4,6 millones.
Previsiones para 2021
La compañía catalana prevé alcanzar niveles pre-Covid de cara al ejercicio de 2022. Mientras que para este año, Renta cree que la visibilidad del negocio transaccional es alta debido a su cartera de negocio, mientras que para el negocio patrimonial prevé recuperar una parte considerable del nivel de inversión a partir del segundo trimestre de 2021.
La inmobiliaria también prevé una reducción en los costes de estructura, mientras que los costes financieros se mantendrán al mismo nivel que en 2020.