La compañía cerró el primer trimestre de este año con un beneficio neto de 800.000 euros, lo que supone un 78% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, cuando ganó 3,7 millones de euros, debido a un «importante impacto de la crisis sanitaria del coronavirus».
La cartera de negocio de la compañía a cierre del primer trimestre ha ascendido a 217,6 millones, lo que representa un crecimiento del 3% en relación a diciembre de 2019, ha informado la inmobiliaria cotizada en un comunicado.
Además, la inmobiliaria ha decidido retirar del orden del día de su próxima junta de accionistas la propuesta de un pago complementario que habría ascendido a 2,1 millones de euros.
Asi, el Consejo de la compañía, que ha decidido posponer la Junta General de Accionistas hasta el próximo 16 de junio y hacerla en formato telemático para evitar poner en riesgo de contagio a sus accionistas, ha acordado «modificar la propuesta de aplicación del resultado que contemplaba en la memoria de las Cuentas Anuales correspondientes al ejercicio 2019 publicadas con fecha 27 de febrero de 2020». Y añade que «con ocasión de la convocatoria de la Junta de Accionistas, se formulará una propuesta alternativa de aplicación del resultado ajustada a la nueva situación».
Apalancamiento sostenible
El cierre de trimestre recoge la estrategia de la compañía en diversificar las fuentes de financiación, situándose en un nivel de apalancamiento sostenible por debajo del 40% y en una tesorería de 13 millones de euros.
La inmobiliaria cuenta con una cartera de activos en balance formada básicamente por activos residenciales y de oficinas altamente líquidos en localizaciones «prime» de Madrid y Barcelona y no prevé una erosión en su valor.
«La prioridad de la compañía se centra en asegurar la correcta continuidad del negocio en estos momentos de crisis y reaccionar adecuadamente ante las eventualidades», puntualiza la empresa.
