La crisis sanitaria del Covid-19 ha golpeado con fuerza numerosos sectores, entre ellos, el inmobiliario, cuyas previsiones son inciertas. Desde que se decretó el estado de alarma se ha firmado solamente las operaciones urgentes que representarían un 10% del total, según informa Diario de Navarra.
Desde las distintas agencias consultadas resaltan que el sector inmobiliario depende de la economía de las familias y no esperan recuperar la normalidad hasta el tercer o cuarto trimestre del año. Perder las ventas del segundo trimestre, supondría un reducción de hasta un 40% su facturación anual, añaden. Por tanto, el punto clave está en el tiempo que dure el estado de alarma.
El PIB podría sufrir una bajada de un 4,5 por ciento este año según indican expertos en economía y las previsiones son que se recupere un 3,5 por ciento el próximo año.
Los escenarios posibles son distintos según apunta Karol Kabalza, CEO de Inmobiliaria Hábitat ya que hay familias que continúan percibiendo los mismo ingresos y debido a la situación, su capacidad de ahorro ha aumentado y por el contrario, hay personas que dadas las incertidumbres relativas al tema laboral van a optar por retrasar la decisión de compra.
No obstante, también señala que la búsqueda de viviendas ha subido durante el confinamiento y que personas que tengan liquidez pueden contribuir a un aumento en la demanda.
Además, tanto Kabalza como Jesús Sainz de Vicuña, socio de Engel & Völkers no consideran que los precios tengan que verse afectados. Pueden verse más perjudicadas las viviendas de segunda mano que no estén en entornos exclusivos, añade Sainz de Vicuña.
Por otro lado, Esteban Calahorra, CEO de A10 cree que los precios pueden bajar alrededor de un 10 por ciento, aunque apunta que aún es pronto para ese cálculo. El sector inmobiliario se verá afectado añade, y comenzará con una falta de demanda y un incremento en la oferta para poder obtener liquidez.