El Ministerio de Economía trabaja con la mayoría del bloque privado de Sareb, con Banco Santander (22,3%), CaixaBank (12,2%) y Sabadell (6,6%) liderando, para redefinir el accionariado.
Así, estas entidades han trasladado ya su deseo de poner fin a su vinculación con la compañía gestora de los activos tóxicos de la burbuja inmobiliaria, según han confirmado varias fuentes a El Confidencial.
En este ánimo renegociador podría pesar la reciente decisión de Eurostat por la que obliga al Gobierno a reclasificar la Sareb. El organismo pasa a considerarse una sociedad pública y, por tanto, a computar en las cuentas de la Administración como un pasivo de 35.000 millones. El diario apunta a que no tiene sentido ya la arquitectura accionarial original con que participó el sector privado para crear el banco malo.
Junta de Sareb
En principio, podría aprovecharse para reformular el accionariado la próxima junta de Sareb, en la que debería procederse a la conversión en capital de 1.400 millones de deuda subordinada, que podrían consumirse en su totalidad dadas las pérdidas latentes acumuladas por el ‘banco malo’, que llegarían a los 10.000 millones.
La entidad redujo sus ingresos un 38% en 2020, hasta los 1.422 millones de euros, y también ahonda pérdidas: 1.073 millones de euros, frente a los -947 millones de euros de resultado que registró en 2019, lo que supone una caída del 13%.
Precisamente el impacto de la Sareb ha elevado el cómputo del déficit público, una vez incluidas las ayudas financieras, al 10,97% del producto interior bruto (PIB). En 8 años de existencia, la compañía ha reducido su cartera un 37,3%, hasta los 31.800 millones de euros; en la de préstamos morosos, con una gestión más complicada que la propiamente inmobiliaria, la disminución ha sido hasta el momento del 57%.