Este descenso sitúa los valores absolutos en unas 1.43.853 toneladas, casi 250.000 toneladas menos que en el mismo mes de 2019.
Según ha subrayado la organización, el reinicio de las obras en mayo tras el desplome de la demanda que conllevó su parada durante una quincena en abril, “no ha reducido la incertidumbre en el mercado ni ha impedido que el consumo continuara reduciéndose en nuestro país”. La patronal ya pidió en su día no parar las obras.
En total, el consumo ha acumulado en los primeros cinco meses del año una caída del 21,2%, un porcentaje de dos dígitos simlar a los peores años de la crisis de 2008. En valores absolutos, el consumo de cemento en lo que va de año no alcanza los cinco millones de toneladas (4.873.684 toneladas) frente a las más de seis del pasado año.
“La industria cementera española lleva más de diez años intentando recomponerse de la grave crisis de 2008”, ha recordado el presidente de Oficemen, Victor García Brosa. En este sentido, ha manifestado que “nuestro país no puede seguir permitiéndose el lujo de contener el déficit público básicamente a través de la paralización de las infraestructuras”.
Se acumulan así siete meses consecutivos de caídas, que antes del coronavirus, ya anticipaban un claro enfriamiento de la construcción.