El mercado de la vivienda en España comienza a enfriarse, tal y como refleja la caída del 0,8% del precio de los activos residenciales en el primer trimestre de 2020, la primera en casi cuatro años. Aunque este ajuste en los precios no afecta solo al sector inmobiliario, pues también resultan negativos para el perfil crediticio de los bancos, que deberán afrontar mayores impagos y necesidades de capital, mientras que verán reducida su capacidad para conceder un mayor volumen de hipotecas, según la agencia Moody’s.
La agencia de calificación anticipa que la crisis del coronavirus «deprimirá los precios en los próximos 12 a 18 meses». De igual modo, prevé una caída significativa de la demanda de vivienda a raíz del aumento del paro, que puede afectar de forma negativa a la calidad de sus activos en cartera.
El descenso trimestral del 0,8% de los precios de la vivienda mantiene la tendencia de debilitamiento que se inició en el segundo trimestre de 2019 y refleja un desaceleración del mercado inmobiliario acentuada por la pandemia, dado que el país es uno de los más afectados, apunta la agencia, que anticipa una caída brusca del PIB en 2020, lo que provocará un aumento sustancial del desempleo.
“Los menores precios de las viviendas son negativos para el crédito de los bancos españoles, las cédulas y las titulizaciones hipotecarias residenciales (RMBS) puesto que reducen el valor de las garantías hipotecarias y de los activos inmobiliarios recuperados»”, advierte Moody’s en un informe publicado este lunes.
El Covid-19 tendrá un efecto severo
La agencia asegura que esta caída del inmobiliario se traducirá «en mayores pérdidas por deterioro y requisitos de capital» para el sector bancario, además de pesar también sobre la capacidad de las entidades para suscribir nuevos préstamos hipotecarios.
Según la firma, los indicadores del mercado inmobiliario español apuntan a que el shock del coronavirus tendrá un efecto severo en los próximos meses. Recuerdan que las hipotecas formalizadas en marzo ya cayeron un 37% hasta los 5.800 millones de euros, “a medida que los consumidores se volvieron más cautelosos y las condiciones crediticias se endurecieron”. Durante la segunda quincena de marzo, en pleno confinamiento, el número de ventas de vivienda también cayó un 31% frente al mismo periodo del año anterior.
Moody’s considera que esta tendencia se acentuará con la crisis del coronavirus. “Esperamos una disminución significativa en la demanda de vivienda, dado el aumento en la tasa de desempleo, además de los 3,4 millones de trabajadores que se encuentran en procesos de ERTE y la menor demanda por parte de los extranjeros no residentes, que supusieron un 7,8% de la demanda total de vivienda a diciembre de 2019”.
Pese a este panorama, la agencia confía en que el «parón» sea puntual, ya que “el mercado inmobiliario español está más equilibrado que en 2007, antes de que estallara la burbuja”. Aseguran que los bancos españoles cuentan hoy con criterios de préstamos hipotecarios más estrictos y que el stock de mercado de la propiedad es menor, así como la deuda de los hogares en este segmento, “que ha disminuido un 17,2% en términos nominales desde los niveles de 2007”.