La Socimi Merlin Properties ha cerrado 2020 con un beneficio de 56,4 millones y unos ingresos netos de 508 millones de euros.
Estas cifras contrastan con las obtenidas por la inmobiliaria, con activos en alquiler de oficinas, centros comerciales y logística, en 2019, cuando las ganancias alcanzaron los 546 millones y la cifra de negocio superó los 530 millones.
El motivo del descenso del 90% en sus ganancias se justifica, sobre todo, por la caída del valor de sus activos tras la crisis Covid, frente a las revalorizaciones de anteriores ejercicios, cuando también se anotó importantes plusvalías, como la venta de su participación en Testa a Blackstone.
Con respecto a su negocio principal, el alquiler de inmuebles, Merlin logró unas rentas netas de 394 millones, un 15% menos. El motivo de este descenso no es otro que la aplicación de condonaciones de renta a sus inquilinos cuyo negocio se había visto paralizado por el coronavirus. Unas bonificaciones, cifradas en 46,7 millones de euros, que la Socimi ha decidido extender al primer semestre de 2021, con la recuperación de la situación pre-Covid aún en el horizonte. Esta política supondrá otros casi 20 millones en este ejercicio.
La deuda financiera neta de la compañía se sitúa en 5.268 millones mientras que su cartera se valora en 12.811 millones de euros, tan solo un 0,6% menos a misma superficie. El nivel de endeudamiento sobre activos (LTV) se sitúa en un 39,9%, frente al 39,5% que registraba un año antes.
Merlin también ha anunciado el reparto de 0,25 euros por acción en dividendos, aunque no se cierra a aumentar dicha remuneración a sus accionistas.