La isla de Tenerife ha registrado la caída de un 20% de las viviendas vacacionales como consecuencia de la paralización del turismo a causa de la pandemia provocada por el coronavirus, según una estimación realizada por la Asociación Canaria del Alquiler Vacacional (Ascav).
Muchos propietarios han optado por pasarse al alquiler de larga temporada ante la incertidumbre y la falta de ingresos. De ahí que se haya registrado el cese de más de 3.000 viviendas turísticas en lo que llevamos de año, según informa La Opinión de Tenerife.
No obstante, desde que se reactivó el sector turístico, el número de reservar ha sido bastante alto, y se espera alcanzar una ocupación entorno al 70, 80 por ciento en los meses de agosto y septiembre.
Además, dada la situación actual, muchos turistas optan por la vivienda turística como su mejor opción, ya que no tienen que compartir zonas comunes y eso les genera más confianza a la hora de viajar.
La opción top de este verano son las casas aisladas con piscina, cuyo nivel de ocupación roza el 100 por cien, convirtiéndose en la modalidad con recuperación más rápida del sector.
El alquiler vacacional no ha parado de crecer
En los últimos años, el alquilar vacacional ha continuado creciendo a pesar de tener en contra al sector hotelero. En cuanto a los precios, ya habían comenzado a estabilizarse antes de la llegada del coronavirus.
Según un estudio realizado por el Gobierno canario sobre el alquiler vacacional, a finales del pasado año, Tenerife registraba un total de 15.193 viviendas turísticas, cifra que representa el 39 por ciento de la totalidad de este tipo de inmuebles en Canarias.
Los municipios de Adeje y Arona, con 2.732 y 2.275 viviendas turísticas respectivamente, son los municipios donde se concentra una mayor oferta.
