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Los jóvenes españoles tendrían que cobrar el doble para poder comprar una vivienda

El 82,3% de población menor de 34 años no pudo emanciparse en 2019, esta tasa es la más alta de los últimos 18 años. Para poder acceder a una vivienda los jóvenes deberían cobrar el doble de sus salarios.

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Tan solo el 18,7% de los jóvenes españoles menores de 34 años se había emancipado a finales de 2019, 0,3 puntos porcentuales menos con respecto al año anterior, según datos publicados por el Consejo de la Juventud de España (CJE) en la última edición Observatorio de Emancipación Juvenil (OBJOVEM).

El porcentaje de personas jóvenes que residen fuera del hogar familiar es el más bajo de los últimos 18 años. No obstante, es probable que esta tasa siga bajando como consecuencia de la crisis del covid-19 y la destrucción de empleo.

Según el informe, correspondiente a la segunda mitad del año pasado, los jóvenes cada vez lo tienen más difícil para acceder a una vivienda. En concreto, para hacerlo dentro del nivel de esfuerzo recomendado deberían tener un salario de 1.935,57 euros mensuales. Esto supone el doble (un 101,4% más) del sueldo actual de los asalariados de menos de 34 años; solo esa cantidad le permitiría destinar menos de un 30% al pago de una hipoteca.

Así, un joven que quiera adquirir una casa financiando el 80% del precio debería pagar una entrada de 4,1 veces su sueldo anual, ya que la entrada en estas condiciones equivaldría a unos 47.104,8 euros.

«La compra de una vivienda libre ha sido imposible para una persona joven desde hace más de una década”, explican desde el Consejo de la Juventud.

Alquilar, tampoco es una opción

Por otro lado, el alquiler tampoco es una opción viable, ya que implicaría para la mayoría de los jóvenes de hasta 29 años dedicar un 90,7% de su salario. En Cataluña, Baleares y Madrid, el coste de acceso a una vivienda libre en alquiler superaría el 100% de sueldo; es decir, es materialmente imposible que los jóvenes de estas regiones se emancipen en solitario.

Por eso, la única opción para la población empleada es, según el informe del Observatorio de Emancipación, compartir piso. Esto costaría a cada joven una media de 287,45 (el alquiler medio de una habitación), es decir, un desembolso del 29,9% de su salario, cuando el porcentaje máximo de sus ingresos que una persona puede dedicar a la vivienda es un 30% para poder afrontar el resto de gastos.

Precariedad laboral

Antes de la crisis del coronavirus, una de cada cinco personas jóvenes con trabajo se encontraba en riesgo de pobreza y exclusión social, ya que suelen tener empleos caracterizados por la precariedad y la temporalidad.

De las personas jóvenes que terminaron el año pasado con un empleo, un 55,4% tenía un puesto temporal y, sobre todo, en sectores donde el coronavirus ha destruido mucho empleo, como la hostelería o el turismo.

Emancipación por géneros

En función del sexo, la mayor diferencia en cuanto a las trayectorias de emancipación se encuentra en la creación de hogares unipersonales, pues en el caso de los hombres es del 23,8% frente al 12,9% en el caso de las mujeres jóvenes, más proclives a independizarse junto con otras personas.

El abandono del hogar familiar suele producirse una vez se termina el período de formación. Si el 32,7% de quienes no cursan estudios reside de forma autónoma, tan solo el 7,3% de las personas jóvenes que continúa estudiando no permanece en el hogar familiar.

En todos los niveles formativos, son las mujeres quienes muestran unas mayores tasas de emancipación por encima de los varones, aunque estas diferencias tienden a reducirse a medida que aumenta el nivel de estudios. Con respecto al nivel formativo, entre quienes cursan estudios superiores se registra una mayor tasa de emancipación.

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