

El gigante asiático fue el país donde se originó la pandemia del coronavirus Covid-19 y donde primero se hicieron sentir sus consecuencias en la economía. Así, en los dos primeros meses de 2020, la producción industrial cayó un 13,5% en tasa interanual, su mayor descenso desde que se comenzara a registrar esta variable a principios de 1990, según la Oficina Nacional de Estadísticas de China (NBS) -por sus siglas en inglés.
De igual modo, el sector inmobiliario se ha visto notablemente resentido por la crisis del coronavirus en China. La inversión extranjera en inmobiliarias sufrió una caída del 77,2% durante en enero y febrero, pico del Covid-19 en el país asiático; mientras que las transacciones y lanzamiento de nuevos proyectos se vieron frenados en una caída media que va desde el 15% al 40%. La venta de inmuebles cayó un 35,9% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, mientras la superficie de activos vendidos descendió un 39,9%, según la NBS.
Sin embargo, la actividad inmobiliaria ya se está recuperando y prueba de ello son los primeros movimientos de los grandes inversiones en el mercado chino. Uno de los más importantes ha venido de la mano de Blackstone y es que el fondo estadounidense está en conversaciones con SOHO China para su compra por 4.000 millones de dólares, según confirmaron fuentes de la compañía tras la información adelantada Reuters. Blackstone ha ofrecido 6 dólares de Hong kong por acción (unos 0,77 dólares) por esta compañía inmobiliaria, con presencia principalmente en el negocio de oficinas y comercial, aunque también con actividad en el residencial.


El precio representa una prima de casi el 100% del precio promedio de 3,03 dólares de Hong kong de las acciones de SOHO China en enero. El año pasado, esta compañía propietaria de imponentes rascacielos en Shanghai y Pekín -es el mayor promotor de oficinas de China-, obtuvo unos ingresos de 1.847 millones de yuanes (RMB) -unos 240 millones de euros- y un beneficio de 1.331 millones de yuanes (unos 173 millones de euros).
La compañía, fundada en 1995 por el actual presidente Pan Shiyi y el CEO Zhang Xin y que cotiza en la Bolsa de Hong Kong, ha confirmado que está considerando la oferta de compra. En este sentido, la firma con sede en Beijing ha reconocido que «ha estado en conversaciones con inversores financieros extranjeros para explorar la posibilidad de una asociación estratégica, que puede o no conducir a una oferta general por el capital social emitido de la compañía (acciones)».
Si finalmente, el fondo estadounidense adquiere dicha promotora, sería la mayor inversión de Blackstone en el sector inmobiliario de China, una industria en la que la compañía ha invertido previamente miles de millones de dólares en compañías residenciales, de activos comerciales y logísticos, y donde también ha realizado numerosas compras de activos singulares.
Otro fondo que ha decidido apostar por el Real Estate chino tras la crisis del Covid-19 ha sido LaSalle Investment. El gigante de la inversión estadounidense -cuya sede se ubica en Chicago- ha levantado 681 millones de dólares (unos 622 millones de euros) para un fondo especializado en la inversión en inmuebles logísticos y naves de almacenaje en el gigante asiático.
LaSalle logró el primer cierre de este fondo, denominado LaSalle China Logistics Venture (LCLV), a finales de la semana pasada, que ya ha adquirido dos proyectos en desarrollo situados en el área de Shanghai, y otro activo ya construido en Tianjin, Wujiang, en la provincia oriental de Jiangsu, y en Huizhou, en la provincia de Guangdong, al sur de China. “Con LCLV, estamos respondiendo al fuerte apetito inversor por activos logísticos de calidad», señala Mark Gabbay, CEO de LaSalle para Asia Pacifíco que ha destacado que la rapidez del cierre del primer fondeo de capital es una prueba de «nuestro sólido historial y de los atractivos retornos disponibles en el sector logístico en China».