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Los acreedores de la sede de Santander envueltos en otra batalla judicial

El conflicto afecta al reparto de 284 millones que quedaron tras la venta de la Ciudad Financiera a los Reuben, una vez devuelto el dinero a los acreedores del inmueble, entre ellos CaixaBank e ING.

Ciudad financiera Banco Santander
Ciudad Financiera de Banco Santander.

Los problemas en torno a la propiedad de la Ciudad Financiera de Santander parecía haber terminado a principios de este año, cuando la entidad recompró su sede en Boadilla del Monte (Madrid) a los hermanos Reuben, que a su vez la habían adquirido tras el proceso de insolvencia de los antiguos dueños, según informa Expansión.

Pero todavía se mantiene viva en Londres una batalla judicial, que enfrenta a uno de los expropietarios del campus con varios inversores que le prestaron dinero para financiar la compra de ese activo inmobiliario. En concreto, el conflicto afecta al reparto de 284 millones de euros que quedaron tras la venta de la Ciudad Financiera a los Reuben, una vez devuelto el dinero (unos 2.000 millones) a los acreedores sénior del inmueble, entre ellos CaixaBank e ING.

En enero, el administrador de la liquidación en España decidió que ese importe sobrante no debía ir a parar a los anteriores dueños, Glenn Maud y Derek Quinlan, quienes compraron la sede a Santander en 2008. Su destino fueron las arcas de Edgeworth Capital, firma del inversor inmobiliario Richard Tchenguiz, que recibió 276 millones tras descontar gastos. En su día, Tchenguiz había comprado a RBS un préstamo subordinado concedido a Maud y Quinlan para la compra del campus. Primero, Tchenguiz tuvo el apoyo de Aabar, y luego los propios hermanos Reuben le financiaron esa operación, con la que aspiraba a hacerse con el control de la sede, canjeando esa deuda por acciones de Marme, sociedad propietaria de las oficinas. Este plan no tuvo éxito.

Todos reclaman el dinero

Pero esta decisión del administrador ha dejado insatisfechos a todos. Glenn Maud señala que una parte del dinero entregado a Tchenguiz le corresponde a él, como propietario del 50% de Marme. Tchenguiz, por su parte, quiere recuperar 341 millones de euros, unos 75 millones más de lo obtenido en la liquidación.

A su vez, Lybian Investment Office, entidad de inversión pública del Gobierno de Trípoli, reclama 22 millones por un préstamo que en su día concedió a Maud para financiar el depósito entregado en la compra de la Ciudad Financiera de Santander.

Tras varios mensajes entre las partes y sus abogados, Lybian Investment Office y Edgeworth han acudido al juez Snowden pidiendo que declare en bancarrota a Glenn Maud. De este modo, quieren recibir posibles activos que le queden a este inversor para cubrir sus deudas. En principio, el magistrado está dispuesto a aceptar esta solicitud, aunque queda pendiente de una próxima audiencia.

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