La pandemia ha obligado al uso forzado del teletrabajo por parte de las empresas y la vuelta a la oficina con la desescalada, está sirviendo para replantear la necesidad de la oficina física y su uso.
La pandemia ha cambiado a la fuerza métodos de trabajo y adecuación de los espacios, educación y ha afectado de manera significativa al empleo. Pero la vuelta a las empresas también va a servir como replanteamiento de muchas cuestiones, entre ellas, para qué se necesitan las oficinas, y más concretamente: ¿Para qué voy a la oficina?
Lourdes López, directora general España y Portugal de BD, Rogelio Iglesias, director General de RRHH de Konica Minolta y Covadonga G. Quintana, partner y CEO de plug&go Arquitectura Corporativa, moderados por Raúl Vicente, director del Departamento de Agencia Oficinas de Knight Frank, han reflexionado sobre estas y otras cuestiones en el webinar, El cambio en el workplace: ¿coyuntural, estructural o estratégico?, organizado por la consultora y plug&go Arquitectura Corporativa.
En él, Lourdes López ha argumentado que la pregunta sobre pará qué se va a una oficina, tiene que servir para reflexionar sobre el planteamiento de la estrategia empresarial de la compañía, y cómo el espacio se adecúa a ello. «Qué trabajo se necesita hacer y cómo se va a realizar, tras esta etapa de aprendizaje», ha precisado Rogelio Iglesias.
Covadonga G. Quintana ha ampliado esta reflexión, con la utilidad de ir a la oficina. «El ADN de una empresa se transmite en comunidad, en la oficina, es la puerta de conexión», ha explicado, para insistir en la necesidad de integrar teletrabajo y espacio físico.
Precisamente sobre el teletrabajo, el directivo ha afirmado con rotundidad que «nos hemos visto forzados a teletrabajar», pero que nos debe servir para constatar que la tecnología individual ha superado a la que ofrecen algunas oficinas, «evidenciando las carencias de los métodos de trabajo».
Por su parte, Raúl Vicente, que ha moderado el coloquio, ha subrayado que la crisis actual no eliminará la necesidad de contar con oficinas, sino que nos ayudará a apreciar más su valor social. Según explica: “La posibilidad de trabajar desde casa, aunque se venda como una gran ventaja, tiene sus inconvenientes. Te obliga a perderte esa sensación de pertenecer a una comunidad, así como el factor social de trabajar con tus compañeros”.